Estamos avanzando a toda prisa hacia una sociedad totalmente
despersonalizada, hoy lo que prima es sacar pasta de donde sea y como sea. En
cierto modo, como siempre, nos estamos americanizando, se trata de que mediante
millonarias demandas basadas en accidentes o incidentes, en muchos casos
absurdas y fuera de lugar, alguien quiera beneficiarse de un sistema irracional
y embolsarse lo que no conseguiría ni en doce vidas. Mayormente gente sin
escrúpulos a las que les importa una higa los perjuicios que puedan ocasionar.
El arañazo de un perrito, el microondas que explotó porque el imbécil no sirve
ni para calentar, la reclamación de un idiota al que le saltó la dentadura
postiza con unas nueces, el indocumentado que dijo abrasarse el paladar con un
café con leche, la dependienta que flirteó con la caja y luego acusó al
panadero de extorsión merendándose un año de baja, etc…El abanico de aspirantes
al pelotazo es descomunal.
Pero acabo de enterarme de uno del que no había
tenido noticia jamás en la vida. He de reconocer que el asunto tiene mala leche
en grandes cantidades. Los hechos se remontan al año 2010, en el estado de
Missouri (EEUU). Una mujer cursó una reclamación a sus suegros desconocidos,
por gastos de manutención de su hijito. Felicity, que así se llama la
demandante, trabajaba en un tanatorio (morgue para los yanquis) como
maquilladora de cadáveres. Un buen día, en el que ya había “arreglado” a unos cuantos, cuál
no sería su sorpresa al descubrir que su nuevo trabajo sería para un señor con
mala cara pero con una erección de caballo. Felicity, que algo de necrófila
debía ser, no se lo pensó dos veces y saltó a la camilla del muerto apretando
las piernas y engullendo aquel pedazo tieso del finado. Yo no sé si es posible orgasmarse rodeado de ataúdes,
crucifijos, recordatorios y candelabros. El caso es que la moza se pegó un
chute de aquí te espero, más tarde, en el juicio, se sabría qué tal práctica la
había cometido en incontables veces. El epílogo es que el fallecido eyaculó en
las entrañas de Felicity. Tal como lo oyen. Mi ignorancia me ha impulsado a
documentarme sobre el hecho y efectivamente, no con frecuencia, pero se dan
casos de eyaculación a larga distancia, temporal. La erección ya es más
frecuente, de ahí que la empleada ya iba bien servida.
A los dos meses en un chequeo rutinario se le diagnosticó
un embarazo, y ella dedujo de quien podía ser el padre por una cuestión de
fechas. Ingresó en la cárcel por profanación de cadáver y necrofilia. Hasta
aquí la funesta historia de una mujer de mucho temple y de ideas demasiado
claras. No me gusta frivolizar acerca de ciertos hechos, pero a partir de ahí
me he preguntado si cabría la posibilidad de hacer un referéndum entre los
recién fallecidos, varones, y preguntarles si estarían de acuerdo en que una
vez arregladitos les parecería bien un quítame de ahí esas pajas. Quizá nos sorprenderíamos
del resultado.
Aquí entra en juego lo de la demanda por manutención.
Porque solo de pensar que a un par de abueletes se les reclame un desliz de su
hijo cometido a las 24 horas de fallecer, es algo así como estrambótico,
difícil de creer. Entiendo que Missouri está en el Medio Oeste, rodeado por
Nebraska, Kansas, Indiana o Kentucki, y que sus hombres son de gran fortaleza,
viriles y algo pendencieros. Pero de ahí a deshidratarse post mortem, joder,
hay un abismo. Sí que antes los ahorcaban y a la madera, pero no había
decoradoras, las balas silbaban a todas horas y no era tiempo de
contemplaciones. No sé qué juez falló, pero estoy seguro que al ver los dos
viejecitos sentados, pensaría como coño los condeno a pagar si es un asunto que
no entiendo ni yo. En fin, fornicar para ver.
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