De
todos es conocida esa afición tan española al cervezote y al tintorro, sin que
ello obste para decir que en Europa también se pegan sus buenos lingotazos, eso
sí, con más glamur, más savoir faire.
Eso viene a cuenta del simpaticote que se ha inventado lo de las conexiones de
Puigdemont con el gobierno de Rusia. El caso es que desde todas las
cancillerías europeas hasta los mismos muros de la Plaza Roja de Moscú, han
iniciado sus telediarios con el affair Putin/Moreneta a fin de que sus
compatriotas se partan de risa. Y así ha sido, como de costumbre, ciertas
manifestaciones procedentes de la madre patria, son esperadas y muy celebradas
por el descojonamiento y dolor testicular que suelen producir. Incluso se
rumorea que Putin ha contactado con sus espías para que le digan dónde coño se
encuentra Catalunya.
Más
cosas. Según los mentideros de Madrid, en los nuevos presupuestos generales del
Estado (PSG), el gobierno piensa incluir la nueva subida de las pensiones. Ese
sí es un notición. Ni más ni menos que un 0’9% que, hablando en primera persona,
y una vez consumadas complejas operaciones aritméticas, me arroja un saldo
extra a percibir de ocho céntimos. Toda vez que la noticia es muy reciente, mis
asesores todavía no me han informado de cuál puede ser el destino de estas
ganancias ni que tajada fiscal podrían generar, si es que las hubiere o
hubiese.
Hablando
del PGE, la asignación que hace el voluminoso pelotazo del presupuesto a la
Casa del Rey se cifra en cerca de ocho millones y medio de euracos, incluyendo
una subida del 6% que representa algo más de medio millón de los susodichos
euracos. Para los que no estén al caso de asuntos financieros como yo, les
traduzco el importe en una cosa que antes le llamaban pesetas; Mil
cuatrocientos catorce millones.
Estamos
de duelo, nos ha dejado Sean Connery, el mejor agente 007 de todos los tiempos.
Nos
vemos.