dimecres, 6 d’abril del 2016

SEXO A BORDO Y FLIPANDO

Contando con hoy, son cinco los días que llevo encerrado en casa. Una impetuosa y traicionera infección de caballo me tiene amarrado en el dique seco, preciso una reparación rápida y eficaz. Sentirse tocado, enfermo, produce una extraña sensación, parece que el tiempo se detenga, las horas tienen 120 minutos, los movimientos lentos y el cerebro emite una película sin fin plagada de imágenes desconocidas y diálogos perturbadores. Dos días lloviendo sin tregua, pero las cortinas de agua son casi transparentes, delicadas, sin grandes chubascos. Es una buena lluvia, los cereales lo agradecerán y los campos levantarán cabeza para verdear la primavera.

No me reconozco, estoy haciendo cosas insólitas para mí, tampoco tengo mucho donde escoger y, la verdad, mis apetencias se encuentran también algo conculcadas. Además de los periódicos, que son mi principal fuente de alimento, leo las mal llamadas revistas del corazón y miro películas. Mis hijos, conocedores de mi desprecio por la banalidad, han sugerido que dado mi estado semi momificado, apure las posibilidades que ofrece el progreso de la electrónica, desde mi propio ordenador, tablet o teléfono. Y yo sin saberlo. He visto ya seis películas bélicas, muy buenas, y una comedia. No sé qué será de mí, enemigo de televisión y cotilleos inmerso en una barahúnda de pantalla y papel couché.

Morena, alta, de preciosos ojos verdes, esta porteña de sangre libanesa y alma española es, además, un poco bruja”, estas edulcorantes palabras son la presentación que hace Interviu de una tal Samira. Al parecer proviene de programas estilo Gran Hermano, que no sé ni qué es pero me suena, y que ha sido o será primera página del referido semanal. En la entrevista que acompaña el reportaje se desgranan unas manifestaciones que ponen negro sobre blanco acerca de la personalidad de la entrevistada. Por qué se operó? “Me he operado para estar todavía más buena. Es verdad, aunque yo fuera anti cirugía plástica, porque quería estar más buena de lo que ya estaba. Yo siempre dije: tengo carita, tengo culito, me faltan las tetitas. Ahora ya las tengo”. Liga más desde que las tiene? “Reconozcamos que ya las he estrenado y que se han quedado flipando. ¡Y ya tendré tiempo de estrenarlas más! Resulta obvio aceptar que Samira es alguien que sabe lo que quiere y que no se anda con menudencias para lograr sus objetivos. Tengo que reconocer que aunque sin haber visto sus tetas yo también flipo al leer su desnuda mente..


Al parecer las largas horas a bordo del personal de cabina incitan a la imaginación más desenfrenada. En ese frenético ir y devenir de las aeronaves para amortizar sus costos, el personal de cabina harto de la rutina machacona: comandante, altitud, presión, chalecos, mareos, etc, se les ha ocurrido la manera de dulcificar las largas horas de suspensión en las alturas. Son como niños, de la imaginación hacen sus castillos en el aire. Cuando aparecen con el carrito de las bebidas o artículos a la venta, aprovechan para esquilmar  algún eurito al devolver el cambio al pasajero que no suele comprobar la exactitud de la operación. Estas pequeñas argucias suponen en el caso de Alemania unos quinientos euros al año y ciento cincuenta en España, según un informe de Jetcost. Pero atención al dato, un 21% de la tripulación admiten haber tenido relaciones sexuales con algún compañero de vuelo, y un 14% reconoce haber tenido relaciones sexuales con algún miembro del pasaje. No es de extrañar que todos estos miembros de la tripulación estén encantados con las temibles turbulencias, a nadie le amargan unos cuantos saltos imprevistos. Por lógicas razones de espacio hemos de suponer que estos siderales polvos deben tener lugar en el baño, lo que ignoro es si serán haciendo el misionero en el lavabo o practicando la vertical encima del inodoro. No lo sé, no me veo en ese trance. De ser en la cabina de mando sería ya como para tirar de la cadena. Ding-dong, en diez minutos aterrizamos en Ámsterdam, si es que el copiloto ya se ha fundido a Conchita. Y yo reponiéndome en la cama! Ya sé algo más de aeronáutica.