dimecres, 4 de novembre del 2020

PUNTA DE LANZA. Huelva (2)

Se supone que a estas horas todo el planeta está pendiente de las elecciones presidenciales en USA. También hay que suponer que a cientos de millones de personas les importa una higa lo que pueda acontecer en el solar de los yanquis. Craso error, la influencia de las grandes potencias en los demás países del globo no se ve, pero se nota. Depende de la orientación de su política económica puede hacerle perder su puesto de trabajo, hasta aquí llegamos. Seguramente se trata del eufemismo que hemos dado en llamar globalización. Trump es un vaquero del salvaje oeste, un Clint Eastwood, que de un escupitajo puede cegar una serpiente cascabel. Biden es un hombre de concordia con un sólido conocimiento de los entresijos de la Casa Blanca. Dios proveerá, pero de notar, se notará. Y en este nido de serpientes llamado España, no vean.


Malos augurios para los países de la vieja Europa. El islamismo más cruel y sanguinario vuelve a campear a sus anchas sembrando de muertos y sangre las calles. Nadie está a salvo, nadie. París, Lion, Niza y Viena han sido las primeras víctimas de esta nueva tanda de terror. Recuerdo con nostalgia mis viajes por toda Europa, donde todo era placentero, sorprendente y, si cabe, espectacular. En paz. Hoy no sería capaz de ir ni a Marsella, ni a Perpiñán. Claro que ahora tenemos el temido y puto virus, agravio a sumar para no desplazarse. Con tal de no viajar, no lo haría tampoco a Huelva, que está más cerquita. Por las calles de esa ciudad transitaba ayer un tío apodado el mexicano con una bolsa de plástico que contenía una cabeza humana, así, como suena. Detenido ya, se ha podido saber que el mexicano tenía algunas diferencias con el individuo al que decapitó.  Ya me contaran, bajas tú de noche con las alpargatas recosidas y tu bolsita de orgánica y al abrir el contenedor te encuentras con una sonrisa dentro de una bolsa. Nada, que no salgo ni por error, ni a Huelva, ni a París ni al salvaje oeste.

Nos vemos.