divendres, 4 de desembre del 2015

ESPERPENTO

Al parecer, hoy por hoy, Junts pel Si y la CUP se fumaran la pipa de la paz de una vez por todas. Si es así, el camino habrá sido más un vía crucis que un camino. Totalmente inaceptable desde todos los puntos de vista, singularmente el ético. Mientras no se demuestre lo contrario, muy a pesar de los demás partidos políticos, el presidente Mas es la única opción con los conocimientos necesarios y dominio de la escena para en estos momentos de especial crudeza y deterioro de las relaciones con España, pueda defender y negociar con el gobierno central. Y sin pasar por alto la peligrosa situación personal que ha asumido, pendiente de sentencia judicial. Mas es el 129 presidente de la Generalitat, dato que en España ni se entiende, ninguno de sus antecesores llegó tan lejos en la defensa de las reclamaciones de su país. Con el juego sucio del estado español han intentado untarlo de porquería y a día de hoy nada se ha podido demostrar. Ni judializar. De la misma manera que ningún juez ha llamado a capitulo a quien lo difamó. Si hacemos un repaso mental de todos los líderes políticos de España, Catalunya incluida, no encuentro ninguno ni de lejos que pueda codearse con líderes mundiales con la presencia, la educación, el saber estar y el dominio de idiomas como Mas. Todo es hojarasca, picaresca cutre, maledicencia y soberbia enfática.

Pero creo que Mas se ha equivocado y los que le conocen bien saben que no es por amor a la poltrona, ni falta que le hace. En todo caso es un compromiso personal: propuso un rumbo y no piensa abandonar el timón hasta su destino. Pero se equivocó. Los resultados del 27/S le fueron propicios por mayoría pero no la suficiente para iniciar el tránsito hacia un estado propio. La realidad ha venido a confirmar que Catalunya es un país complejo, muy complejo, totalmente distinto a España. Catalunya es una sociedad plural y diversa en donde siempre han asomado enfoques más europeístas y progresistas que las del estado al que pertenece. Las demandas o inquietudes del pueblo catalán no han sido nunca atendidas ni tan solo recibidas por el estado español, solo menospreciadas o combatidas con los fallos de los tribunales. No hay política, hay judialización de la política, con lo cual el diálogo es inexistente. Y el déficit fiscal es ya asfixiante, letal de necesidad, pese a que la vicepresidenta del gobierno diga que se ha demostrado que el pueblo español es muy ¡solidario! con Catalunya.

El tremendo error ha sido ceder a las exigencias y esperpénticas demandas de la CUP que, sin antecedentes de gobierno ni experiencia parlamentaria, han entrado en escena para lograr un común acuerdo de gobierno en aras a poder acreditar una mayoría holgada en el parlamento. Vano y fútil intento aunque se logre. Con estos antecedentes y una actitud rayana a la provocación hasta donde pueden llegar juntos? Acaso se les puede confiar la cartera de economía, o a delegar con sus maneras a negociar con el gobierno del estado. No están de acuerdo con que Mas sea el presidente del futuro gobierno, bien, de acuerdo, pero que no propongan a otro de Convergencia o veten a futuros consellers. Tanto se valoran? Entonces que se mojen del todo y se postulen para altos cargos del govern, sin duda que sabrán hacerlo. Otra cosa es que cuando decidan no pagar un euro de la mastodóntica deuda catalana, confisquen empresas o manden delegaciones a Europa con camiseta i rastas, se encuentren con respuestas inesperadas y realidades apabullantes. Por mucho que duela o no guste las cosas de palacio van muy despacio y hay cosas que en palacio nunca las aceptarán. Y hacer un mundo encerrado entre Puigcerdà y Amposta es demasiado pequeño, se parece a un gulag.


Mas se ha equivocado y se ha perjudicado fatalmente. No los necesitaba para nada, la democracia tiene otros caminos por explorar.