dijous, 27 de febrer del 2014

LA VIDA COMO UN BOLERO

Se ha dicho infinitas veces que la vida es como un bolero, o si lo prefieren, también se dice que el bolero en si es un relato de la vida. En su marcado acento romántico conviven los celos con la distancia, el amor con el odio, la pena con el resentimiento, y así uno tras otro  van desfilando en un paseo musical lo mejor y lo innombrable de las pasiones humanas, de las relaciones de pareja. “Tu diste luz al sendero en mi noche de fortuna, iluminando mi cielo como un rayito claro de luna”. Existen diversas expresiones del bolero, pero parece que el clásico, el típico, surge en Cuba allá por 1840, el de guitarras y percusión. “Que importa saber quién soy, ni de dónde vengo ni por donde voy, lo que yo quiero son tus lindos ojos, morena, tan llenos de amor”. La «era dorada» del bolero es coincidente con el período de las dictaduras militares en los años treinta, cuarenta y cincuenta. El éxito del bolero sirvió a los intereses de estos regímenes, ya que promovía cierta alienación romántica en un público al que se quería mantener al margen de las cuestiones políticas. En sus tiernas y melosas letras se discute de la frustración del amor perdido o traicionado, del recuerdo vivo de un cariño que hiere el alma. A veces en nombre de un sentimiento traicionado se invoca a la muerte como destino fatal de aquel fracaso.” Espera un poco, un poquito más para llevarte mi felicidad. Espera un poco, un poquito más, me moriría si te vas”. “Pérdida, eso sí fue pérdida, cuando lo perdí todo porque perdí tu amor”.

En aquellos años Cuba y México se convirtieron en la meca del bolero para músicos y artistas. Pero rápidamente se extendió por todo el continente sudamericano y también en Estados Unidos. Por nombrar unos pocos dentro de la interminable nómina de genuinos representantes del género, recuerdo: Los Panchos, Lucho Gatica, Chavela Vargas, Agustin Lara, Moncho, Celia Cruz, Dyango, Gloria Lasso, Nat King Cole, Jorge Negrete, José Feliciano. No sigo, es interminable. “Llévatela, y si es cierto que le tienes mucho amor, eso hará que no le encuentres ni un error, vivirás agradecido a su calor. Ah, me olvidaba decirte, si al querer decir tu nombre, pronuncia el de otro hombre, así le paso conmigo. Por eso vamos mi amigo, te suplico la lleves, por el bien de los tres”.

Aunque musicalmente parezca que pueda tener cierta afinidad con el tango, son completamente distintos en las cadencias, el ritmo y el paso de baile. No así en las letras en donde si comparten tal cúmulo de desgracias, infidelidades y traiciones que nos evocan los sentimientos a flor de piel. ”Y yo también me confundí, cuando te ví basura me volví”. “Nosotros que nos queremos tanto debemos separarnos, no me preguntes más, no es falta de cariño, te quiero con el alma, te juro que te adoro y en nombre de este amor, y por tu bien, te digo adiós”. O es que acaso las relaciones de pareja, en su mayoría, no atraviesan por ese largo camino plagado de trampas y cepos nacidos todos ellos de los impulsos humanos descontrolados y desatados en un momento dado? Si quieres ser feliz arrúllate con tu amada con un buen bolero, y si tienes penas que ahogar…”Sin ti es inútil vivir, como inútil será el quererte olvidar”.


No quisiera concluir este pasional momento sin dedicarle al Sr. Rajoy un bonito bolero que tanto y tanto nos habla de él: “Suave que me estas matando, que estas acabando con mi juventud, yo quisiera haberte sido infiel y pagarte con una traición. Eres como una espinita que se ha clavado en mi corazón. Suave que me estas sangrando, que me estas matando…”