DOS CANCIONES
Paul Anka y Stephen Sondheim,
en principio, poca cosa tienen en común. Quizá lo que los ha unido en el tiempo
ha sido la música, ambos compositores. Paul Anka, canadiense, un cantante
melódico de los años sesenta. De su repertorio destacó en todo el mundo su
número “Diana”. Pero un buen día, cuando las hadas te insuflan los vientos
favorables, se le ocurrió sentarse al piano y escribir una cancioncilla que, a la postre, ha significado la melodía más
escuchada y laureada del siglo XX. La letra nos habla de alguien que mira
atrás, harto de los convencionalismos, que de nada se arrepiente y reafirma su
manera de hacer las cosas, prescindiendo de los demás. “Arrepentimientos he tenido muy pocos como para mencionarlos/ Hice lo
que tenía que hacer y llegué al final sin deber nada a nadie/Planeé cada ruta a
lo largo del camino/ Y más, mucho más que esto/ lo hice a mi manera”
Stephen Sondheim, neoyorquino, prestigioso compositor
de bandas sonoras y asiduo de los estrenos en Broadway. En una ocasión fue
reclamado ni más ni menos que por el gran Leonard Bernstein para que pusiera en
marcha el texto del musical “West Side
Story”. El éxito mundial fue alucinante. En menor medida todavía funciona hoy.
En este caso ya no fueron las hadas, solo su maestría. También se sentó al
piano un día de vientos de Virginia y el resultado no fue otro que “Send in the
clowns”. “Pensé que querías lo que yo
quiero/cariño/ pero dónde están los payasos/ Tendría que haber ya los payasos”.
Ambas canciones hablan de las dudas y los desengaños al final del camino
haciendo un guiño al pasado.
Corolario: Ambas
partituras no tardaron en llegar a las manos de Frank Sinatra convirtiéndolas
de inmediato en éxitos mundiales sin parangón. Excuso subrayar que ambos
músicos se pudieron bañar en oro líquido gracias a los derechos de autor. I
Franky, más.