dilluns, 29 d’octubre del 2018

CINCO HUEVOS FRITOS Y UNA CROQUETA


Apenas hace una hora que he llegado a casa, un poco cansado, pero con optimismo. Caramba, treinta Y cinco minutos de la estación de Sants hasta aquí, bien, hasta aquí no, hasta la estación del AVE, y veinte minutos más con el coche hasta aquí, ahora sí. En el tren venía mucha gente con destino a Madrid Puerta de Atocha. Buena gente, medio adormilada y sin rastros aparentes de aflicción o mal humor, para el repaso que sufrió ayer el equipo de sus amores, el Real Madrid, "De las glorias deportivas que campean por España, va el Madrid con su bandera limpia y blanca que no empaña, ¡Hala Madrid ! ¡Hala Madrid! ", dice su himno.

Ya hacía días que, en toda Cataluña, incluida la capital de la futura república catalana, se respiraba un ambiente extraño, expectante, temeroso. Ya sólo faltaría que ahora que se cumple un año de la paliza a la rebelde población, más la ausencia justificada del santo patrón de todas las pelotas habidas y por haber, San Messi, vinieran Sergio Ramos y compañía, y nos pusieran un culo como un tomate. O nos hicieran tragar la roja barretina y lo de más que un club. Cabe decir que, al principio, en el túnel de vestuarios, tierra de nadie, se prodigaron los abrazos, besos y palmaditas en el culo entre los dos contendientes. Virgen de los Remedios, pensé, echándome mano a la cartera, pero qué coño de besos y miradas comprometidas, ¡vergüenza y tronío es lo que ahora toca!


La verdad es que la ficción volvió a superar la realidad. ¡Virgen del Perpetuo Socorro! Sólo empezar ya me llegaron los efluvios y las maneras del futuro consejero Piqué y sus compañeros de la zaga. Qué manera de ligar los toques, qué transversalidad, que ganas, hambre de gloria. Los de más que un club iban tejiendo, no un macramé, sino una manta, la manta de goles que les clavaron. Se oía esto no es un encaje de bolillos, es de golillos.

El trascendental momento que estábamos viviendo era inversamente proporcional a la cara que lucía Florentino, jobar, qué semblante más acurrucado y constreñido. No sé lo que le pasaría por la cabeza, pero seguro que nada bueno. No quisiera estar en la piel de Lopetegui, más que nada porque no me arrancaran la piel a tiras. Al inicio de la segunda parte, aquello ya empezaba a parecer el día de las porras y corredizas. Pero los chicos echaron mano del pecho y mellizos y ya volvíamos a estar en Bruselas. El mejor defensa del mundo y parte del planeta Venus, Sergio Ramos, inició su retórica académica para hacer patente su disgusto dirigido a Piqué. Quiyo, ya empesamo a habla en catalán coño. Manía de desir gol. Te he dixo mil veces que se dise goo! Que etamo en Ejpaña, joee!

Bueno dejemos las anécdotas, ocupémonos de lo serio, de la sustancia, del tuétano. El aspirante a consejero Suárez tenía un hambre a prueba de los hermanos Roca. Tres veces agujereó las redes merengues, bajo la tierna mirada de San Messi, que compartía su localidad con dos niños y el yeso de su brazo. Incluso me pareció que le enviaba una bendición. ¿Juega mejor el Barça sin Messi? Mejor que me calle y no me meta en líos. Quiero destacar el último gol, obra de Arturo Vidal, indio Sioux de los Andes. Uy, pero en los Andes no hay Sioux. Bien, es igual, remató de manera contundente con aquel hacha que lleva incorporada en su cráneo. Qué placer, qué gusto, qué manera de secar el merengue. Otro que también optará a algún cargo popular.

Enhorabuena y felicidades a todos los muchachos del más que un club. Tarde de gloria y de sueños republicanos. Cinco huevos fritos contra una croqueta es un ágape que quisiera compartir con todos ustedes mucho más a menudo.


dissabte, 13 d’octubre del 2018

DEME ALGO, POR FAVOR.


Según leo en los papeles, el gobierno español, el estado español, se ha gastado 670.000 euritos en el desfile militar de ayer, festividad de la Virgen del Pilar, día 12 de octubre. Algo así como 112 millones de la pírrica moneda anterior. Evento un tanto deslucido por la lluvia. En ese día se aprovechan los corritos de gente para tomar el pulso a la política española. O sea, se habla de Catalunya por encima de todo. Ternos vistosos para los hombres y modelitos con firma para las damas. Una vez concluido el acto militar, el Rey ofrece una recepción que, en este caso, acogía a 1500 invitados. Se supone que los canapés, el vino español y todas esas zarandungas dieron lustre al momento. Pedro Sánchez en su primer desfile militar como presidente, se llevó todos los sapos y culebras coreados por la derechona más casposa y reaccionaria de las Españas. Ya se sabe, aquí el término medio no existe, o te lamen el culo o te despellejan. Mi ignorancia me induce a pensar en la necesidad de celebrar estos fastos que, a fin de cuentas, siempre son para los mismos. Porque a nivel estatal 670.000 euros son una bagatela, pero menos bagatela sería si los beneficiados fueran comedores escolares o personas en situación de abandono y riesgo social, que no son pocas.

Siguiendo con la lectura de papeles me apercibo de que las cosas no están nada bien. Un sudor frío me abraza la espalda y, por un momento, siento verdaderas náuseas. Resulta que después de dejar atrás la terrorífica crisis de siete años, la mayoría de países que conforman la Comunidad Europea, siguen teniendo el mismo nivel de vida, Pib, de antes de la crisis, y algunos lo han mejorado. De esos 28 países que son la Comunidad, La República Checa y Eslovaquia, siguen liderando el grupo, como antes, seguidos de Finlandia, Dinamarca, Francia, Países Bajos, etc. España, antes de la crisis, figuraba en el puesto 23, y en la actualidad ha descendido al 25. Tan solo seguida por Letónia, Estónia y Rumanía. En resumidas cuentas, seguimos siendo la cola de Europa, en casi todo.


Sí que tenemos una red ferroviaria de alta velocidad de las mejores del mundo, aunque adolece de un curioso estigma: es deficitario hasta las meninges. El único tramo que se encuentra en el umbral de estabilización, no de beneficios, es el de Barcelona-Madrid, aun siendo los precios de los billetes más caros que en la mayoría de tramos por España. Tramos en los que sube una persona en una macro estación en medio de la nada, y baja otra. También es cierto que fabricamos o compramos submarinos, que no hay donde amarrarlos, tanques, aviones de combate, misiles, armas de todo tipo que, como todo el mundo sabe, prestan un gran servicio a la población. Sin contar los enormes costos de una emigración subsahariana absolutamente descontrolada y acogida con una batería de facilidades y prebendas que en muchos casos no disponen de ellas ni los propios autóctonos.

En España un 14’5% de la población hace más de tres años que se encuentran en una situación de penuria.  Las prestaciones de garantía de ingresos resultan claramente insuficientes. Tenemos tantos pobres como Rumanía. Según un estudio de la Universidad de Alcalá, un 32’6% de la población, con trabajo, está en una situación de vulnerabilidad económica. Y un 26% está en riesgo de pobreza. Otro 26% de los mayores de 25 años o no tienen ingresos o son inferiores a 536 euros al mes. Y un 3’3% de los hogares españoles no tienen ningún tipo de ingresos. Si añadimos a todo este panorama tan sombrío que una generación perdida la engulló la crisis, no teniendo oficio ni beneficio y que personas de más de cincuenta años perdió el empleo y no lo recuperará nunca más, el balance es patético y ofensivo.

Quizá 670.000 euros para una fiestecita estatal no sea como para rasgarse las vestiduras pero, hombre, quizá sí para que alguien se sonroje.

dimarts, 2 d’octubre del 2018

EL PEQUEÑO GIGANTE DE OJOS TRISTES


Súbitamente nos ha dejado. Digo súbita porque Charles Aznavour no tenía de morirse, no estaba previsto, ”Con mi hermana hemos acordado pasar de los cien años”. Le han estafado seis. Tan solo un año atrás triunfó en Bercy, con noventa y tres años, una orejera por si fallaba la memoria y una butaca entre bastidores para pequeños descansos. Nunca claudicó, cayó innumerables veces y se repuso otras tantas. Carne de escenario, compositor, de buena pluma y un timbre de voz que le sobrevivirá. A tres generaciones amamantó con su voz rota, sus más de mil doscientas canciones en repertorio preñadas de vida cotidiana. Ciento ochenta millones de discos vendidos en cinco lenguas. Adoraba las lenguas, al contrario de aquí. Y un buen puñado de películas entre las que destaca Tirez sur le pianiste, de Truffaut. Y premiado con un César.

Hace una semana me encontraba pateando el Barrio Latino en Paris y lo ignoraba. Ahí nació en 1924 el pequeño genio. Los inicios en el escenario fueron duros y largos. Con 22 años es descubierto por Edith Piaf y se lo lleva de gira por América. El pequeño cantante de voz extraña seduce a la diosa de la chanson. De regreso a Francia se convierte en regidor, telonero, secretario, chofer, confidente y autor de alguna de las canciones de la diva. Se dice que también ejerció de maestro de ceremonias de su alcoba. Así mismo también escribe algunas canciones para Gilbert Becaud. Je m’voyais déjà, la historia de un artista fracasado lo catapulta definitivamente al estrellato, en 1960. Se prestó, en muchos casos desinteresadamente, a cantar duos: Ray Charles, Sinatra, Toni Benet, Stevie Wonder, Julio Iglesias, Sting, Céline Dion, Johnny Hallyday, Paul McCartney, Streissand o Liza Minelli. Profundamente francés y visceralmente ligado a sus raíces armenias.



Feo y bajito –J.Luna dice que hubo un tiempo en que parecía español-, posiblemente antes de reconstruir su nariz por mandato de la Piaf. Hacía muchos años que dejó atrás su Paris, para irse a vivir a la Provenza, a un tiro de piedra de la Costa Azul y las inigualables fragancias de la banda y sus cálidos colores. Montado en su tractor gustaba de recorrer la finca agrícola y jactarse de su plantación y producción de aceite. Creo que La Provenza y su mansión fueron sus últimos amores de verdad. Sin abstenerse ni un solo día de encerrarse por las tardes a sentarse en su taburete, las manos en el piano y la libreta de las corcheas y familia. Tres generaciones han bailado y enamorado con los fondos musicales del pequeño gigante de ojos tristes. A diferencia de la gran mayoría de cantantes, Aznavour contaba sus éxitos musicales por centenares. Resulta absurdo limitarlo a Venecia sin ti o La Boheme. Sus páginas hablan de alegrías y tristezas, de muchos fracasos, los suyos, y de ingentes triunfos, que también los hizo suyos. Dicen que fue un motor de besos y lágrimas, de halagos y desprecios. “Soy política y poéticamente incorrecto”. Tozudo como una mula para el trabajo, inquieto, nervioso, curioso, algo huraño pero receptivo, “Me encanta lo que hago y siempre que tenga la salud y la fuerza para hacerlo lo haré”.

Adiós, adiós Aznavour, has vivido mucho, pero es muchísimo más lo que nos has dejado. Sepas que no estoy aquí para aprovechar el momento, que, pese a la blancura de mis sienes, sigo tarareando Les comédiens desde aquella lejana década en que tú música se alojó en mi cerebro. Bohémio!