Señoras, señores, al parecer y según
anuncio del gobierno español, se quiere proceder al desalojo, al traslado de
los restos mortales de la momia, del dictador Franco. Parece ser que la gran
idea de Pedro Sánchez se va a encontrar con una encarnizada resistencia. No se
puede pasar por alto que solo un 56’1% de los votantes del PP en Catalunya prefiere
la democracia a cualquier otra forma de gobierno, y con respecto a Ciudadanos
el 83’5%. Los que no están en estos porcentajes, que son muchos, se inclinan
por la NO democracia. Es obvio imaginar que esta encuesta hecha en las Españas,
donde la melancolía franquista goza de muy buena salud, el resultado sería
escalofriante. Ignoro si el CEO (Centro de estudios de opinión) lo tiene
previsto. Si algún día les diera por salir a la calle juntos, ríanse del
bloqueo de los taxistas. Han pasado 43 años del traspaso de la actual momia, y
perviven privilegios, condonaciones, prebendas y mamoneos múltiples. Eso sin
contar las legiones de adeptos que tanto y tanto añoran aquellos grises tiempos.
No tiene una explicación lógica ni traducible a la actualidad.
¿Se puede imaginar alguien que en Berlín
hubiera un centro en forma de basílica o un moderno rascacielos, da igual, para
acoger el peregrinaje de miles de ciudadanos para rendir pleitesía a Hitler?
¿Entra en sus cabecitas pensar que el ministro del interior alemán condecorara
a Nuestra Señora de Schoenstatt con la Cruz de Plata, como aquí se concedió a
La Santísima Virgen de los Dolores en su calidad de titular de la Real y
Venerable cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y María Santísima de
los Dolores? Jesús, Jesús, pero en dónde coño estamos. Así no es de extrañar
que en ferias, cónclaves de partidos políticos y concentraciones públicas, se
puedan ver chiringuitos con material de márquetin alusivo a la momia, y
símbolos absolutamente ilegales como la bandera con la gallina. ¿Es realmente
España, diferente? Pues mire usted, no sabría decirle, me da que pensar que
puede que sea diferente, distinta, la ostia en bicicleta, un grano en el culo,
yo que sé. Pero lo que se dice seria, homologable a los países democráticos de
la vecina Europa, yo diría que no. Igual estoy equivocado y el grano en el culo
soy yo. A saber.
Hablando de granos, Catalunya lidera una
huelga de taxistas que ya se ha contagiado a casi toda España. No entro en el
fondo de estas cuestiones, todo el mundo intenta defender sus legítimos
intereses. Me llama la atención que llevan años poniéndonos de chupa de dómine,
mofándose, insultando, caricaturizando, despreciando, y ahora resulta que se
unen a la causa de los taxistas catalanes para que no se sientan solos, para
darles su calor en la iniciativa. Coño, hemos pasado del “A por ellos” al “A
con ellos”. Manda huevos. Pero si somos los que quieren romper España,
despedazarla, descoserla, rasgarla, agrietarla. No, ya no, ahora somos amigos
para siempre –Friends forever- que diría Julián el de los melones. Hay que
joderse. Tanto es así que habrá que buscar espacios para tantos amigos; las
timbas de cartas, los colchones sobre las vías del tranvía, las mesitas style
camping, las paelleras, los botijos y cervezotes, los juegos infantiles, etc.
Ahí es nada ubicar a tantísimos amigos que se quieren unir a la reclamación de
sus derechos. A con ellos, se oyen los canticos en la autopista camino de
Barcelona. Archivo
de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de
los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes
amistades, y en sitio y en belleza, única. Que diría Cervantes.
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