Imaginémonos, que ya es mucho imaginar, que
vamos a ser testigos de un interrogatorio con fines meramente informativos de las partes, no de las partes
íntimas, que son de otra naturaleza, más constreñida, más peluda. Todos los
aspirantes han sido escogidos al azar, no hay relación alguna, ni parentesco,
ni mucho menos pago de ninguna especie. Circunstancia que no obvia ni
transgrede en modo alguno la legitimidad del estudio oral, para que cada
interrogado sea obsequiado con una merienda consistente en chocolate con
churros, al finalizar su participación. Empecemos:
Doña Agapita Carrasco, ¿dónde se encontraba
usted la madrugada del tal y tal, con una pancarta entre manos? ¿Y qué decía
esa pancarta? Pues verá usted, éramos un grupo de amigos que salimos de la
disco y nos fuimos a la autopista a montar un sarao. La pancarta decía
“Corruptos hijos de puta”.
Muy bien, caso cerrado. Propuesta por
terrorismo.
Don Florencio Rascayú, ¿es cierto que la
noche del tal y tal se encontraba usted en el bar Mondongo, y se cepilló un
cubo de cerveza? ¿Y no es menos cierto que en conversación con su vecino de
mesa se conversó en voz baja acerca del derecho a decidir? Pues no sabría decirle, me parece que aquel
día cogí una cogorza de las buenas y no me acuerdo de nada. Y en cuanto a la
conversación, es que ni recuerdo haber tenido un vecino.
Perfecto, caso cerrado. Propuesto por
sedición.
Don Aníbal Gómez. ¿Niega usted que a los
postres del día de Navidad del tal y tal, levantó su copa invocando ni más ni
menos que el desprecio a la sagrada unión del estado, diciendo “Voy pallá”,
dejando a entender sus ansias de marcharse? Pues no acabo de entenderlo, voy pallá
podría ser el retrete o la palangana donde vomité mis malditos excesos
navideños.
Entiendo, caso cerrado. Propuesto por
rebelión.
Doña Inmaculada Rodríguez. El domingo del
tal y tal se encontraba usted en la plaza de su pueblo celebrando la buena
cosecha de alcachofas. ¿Es cierto que en el tablado de los músicos cantó usted
una canción impropia, refiriéndose a personajes públicos? Pues verá, señor, nos hartamos de torrijas
y vino del bueno, y allí todo el mundo decía tonterías y vaguedades sin
sentido.
Ya veo por donde va. Caso cerrado.
Propuesta por cuatro años de trullo.
Don Nicomedes Prostato. ¿Es una sinrazón
decir que el tal y tal se presentó a su trabajo con un lacito amarillo en la
solapa, a sabiendas del horror que tal desplante causa a un ministro, por
ejemplo? Ah, no lo sabía. Pues menos mal que no me
vio los calzoncillos negros y aperdigonados.
De acuerdo. Caso cerrado. Propuesto por
terrorista.
Doña Encefálica Gutiérrez. ¿Podría decirnos
con que avales académicos puede usted justificar el master de final de carrera? Pos la verdad es que no macuerdo, ya han
pasao muchos años y por aquel entonses de escuela, poquito.
Perfecto. Caso abierto. Propuesta para
Dirección General.
Don Arquímedes Urbano. Del negociado del
cual usted es responsable, se han perdido 2000 millones de Euros, sin dejar
rastro. ¿Qué nos puede decir al respecto? Si, cierto. Los hemos buscado por todos los
cajones y armarios, y nada. No aparecen ni por Dios.
Está claro. Caso abierto. Propuesto para
presidente de Autonomía.
Don Tristán Opaco. Se comenta por ahí que
usted y todo su equipo cobran en dinero negro, convenientemente camuflados en
sobrecitos marrones de salario miserable. Y al parecer hay pruebas que así lo
determinan. Hable por favor. Pues verá, así de fácil. El único negro que
conozco es el señor que cada mañana me abre la puerta del coche, después de
lavármelo.
Correcto. Caso abierto. Propuesto para Dios.
Bien, hasta aquí nuestro trabajo de campo,
con unas tímidas muestras del estado de las cosas. Ustedes han sido testigos de
primera instancia y los nominados para no hacer declaración alguna de todo lo
oído y visto y, mucho menos, para extraer opiniones o conclusiones. Visto y no
visto.