Una vez
más la genialidad de determinados grupos jaleados como coros graciosos y
sorpresivos, a los que se supone ingenio y humor, disfrazados a tenor del personaje
a envilecer y humillar, ha pisado las tablas del teatro gaditano, en donde el
publico se embelesa ante las caricaturas de las Agrupaciones Carnavalescas de
Cádiz con sus célebres Chirigotas.
Bien,
estamos en lo de siempre, en la escenificada burla de un espectáculo bochornoso,
agresivo, insultante y, por descontado, de un mal gusto a prueba de bala. Como
no podía ser de otra manera, este año le ha tocado el sambenito a Carles Puigdemon.
Una parodia fuera de lugar, abstracta por indecente, chabacana por naturaleza,
y pseudo cómica para consumidores propios. Un retrato más, pretendidamente
azucarado, de la Marca España.
“No
sabemos si cortarle la cabeza o mandarlo a pelar”.” “Pido perdón por haber celebrado un referéndum. Pido perdón por las urnas que
allí coloqué. En realidad eran cajas de ropa de invierno, pero es que allí es
ver las cajas y echar un papel. Yo te pido perdón, que no quiero cumplir más
condena. Te pido perdón de la única forma que sé. Perdóname la vida”, ruega el
personaje. Tras las súplicas, el verdugo lo espanta con la bandera de España,
que acaba siendo sustituida por la estelada”. De ese texto canturreado ya se
desprende el nivel artístico de la puesta en escena. Zafiedad, vulgaridad y
descaro que concluye con su decapitación, tras consultarlo con el público del
foro.
La frase “pero es que allí es ver las cajas y echar un papel” ya da una idea
del nivel democrático de estas zarandungas. Pero aquí esto es lo de menos. La
risa fácil y peregrina basada en el descabello y destripe del personaje a
vilipendiar es, siendo generosos, de una tristeza y desprecio lejos de rehusar.
Conviene preguntarse si tal despropósito se representase en Catalunya y como
víctima la Sra. Susana Díaz, cual sería el grado de aceptación de la Agrupación
Carnavalesca. En una provincia española en donde la tasa de paro oscila entre
el 35-50%, no deja de tener su gracia.
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