dilluns, 3 de desembre del 2018

PINCELADAS A CIEGAS. VOTOS

Votos

Supresión de las autonomías, eliminación de la ley de Memoria Histórica, deportación de inmigrantes, supresión del espacio Shengen, bajada radical de impuestos, liberalizar el suelo, sanidad centralizada, proteger la tauromaquia, derogación de la ley de violencia de género, ampliar el concepto de legítima defensa.

Estas son algunas de las propuestas del partido político que ha removido las castañuelas de Andalucía en el día de ayer. 396000 votos respaldaron estos contenidos. La guinda de la jornada, a pesar de ser la opción ganadora, ha sido el barrido y fregado del partido hegemónico durante 35 años, el PSOE-A. Dicen los sesudos politólogos que lo acontecido es un ensayo de lo que ocurrirá en las próximas elecciones generales y europeas. Parece como si las estructuras democráticas comenzaran a tambalearse. Y Europa en su conjunto no está exenta de este extraño sunami.

dilluns, 29 d’octubre del 2018

CINCO HUEVOS FRITOS Y UNA CROQUETA


Apenas hace una hora que he llegado a casa, un poco cansado, pero con optimismo. Caramba, treinta Y cinco minutos de la estación de Sants hasta aquí, bien, hasta aquí no, hasta la estación del AVE, y veinte minutos más con el coche hasta aquí, ahora sí. En el tren venía mucha gente con destino a Madrid Puerta de Atocha. Buena gente, medio adormilada y sin rastros aparentes de aflicción o mal humor, para el repaso que sufrió ayer el equipo de sus amores, el Real Madrid, "De las glorias deportivas que campean por España, va el Madrid con su bandera limpia y blanca que no empaña, ¡Hala Madrid ! ¡Hala Madrid! ", dice su himno.

Ya hacía días que, en toda Cataluña, incluida la capital de la futura república catalana, se respiraba un ambiente extraño, expectante, temeroso. Ya sólo faltaría que ahora que se cumple un año de la paliza a la rebelde población, más la ausencia justificada del santo patrón de todas las pelotas habidas y por haber, San Messi, vinieran Sergio Ramos y compañía, y nos pusieran un culo como un tomate. O nos hicieran tragar la roja barretina y lo de más que un club. Cabe decir que, al principio, en el túnel de vestuarios, tierra de nadie, se prodigaron los abrazos, besos y palmaditas en el culo entre los dos contendientes. Virgen de los Remedios, pensé, echándome mano a la cartera, pero qué coño de besos y miradas comprometidas, ¡vergüenza y tronío es lo que ahora toca!


La verdad es que la ficción volvió a superar la realidad. ¡Virgen del Perpetuo Socorro! Sólo empezar ya me llegaron los efluvios y las maneras del futuro consejero Piqué y sus compañeros de la zaga. Qué manera de ligar los toques, qué transversalidad, que ganas, hambre de gloria. Los de más que un club iban tejiendo, no un macramé, sino una manta, la manta de goles que les clavaron. Se oía esto no es un encaje de bolillos, es de golillos.

El trascendental momento que estábamos viviendo era inversamente proporcional a la cara que lucía Florentino, jobar, qué semblante más acurrucado y constreñido. No sé lo que le pasaría por la cabeza, pero seguro que nada bueno. No quisiera estar en la piel de Lopetegui, más que nada porque no me arrancaran la piel a tiras. Al inicio de la segunda parte, aquello ya empezaba a parecer el día de las porras y corredizas. Pero los chicos echaron mano del pecho y mellizos y ya volvíamos a estar en Bruselas. El mejor defensa del mundo y parte del planeta Venus, Sergio Ramos, inició su retórica académica para hacer patente su disgusto dirigido a Piqué. Quiyo, ya empesamo a habla en catalán coño. Manía de desir gol. Te he dixo mil veces que se dise goo! Que etamo en Ejpaña, joee!

Bueno dejemos las anécdotas, ocupémonos de lo serio, de la sustancia, del tuétano. El aspirante a consejero Suárez tenía un hambre a prueba de los hermanos Roca. Tres veces agujereó las redes merengues, bajo la tierna mirada de San Messi, que compartía su localidad con dos niños y el yeso de su brazo. Incluso me pareció que le enviaba una bendición. ¿Juega mejor el Barça sin Messi? Mejor que me calle y no me meta en líos. Quiero destacar el último gol, obra de Arturo Vidal, indio Sioux de los Andes. Uy, pero en los Andes no hay Sioux. Bien, es igual, remató de manera contundente con aquel hacha que lleva incorporada en su cráneo. Qué placer, qué gusto, qué manera de secar el merengue. Otro que también optará a algún cargo popular.

Enhorabuena y felicidades a todos los muchachos del más que un club. Tarde de gloria y de sueños republicanos. Cinco huevos fritos contra una croqueta es un ágape que quisiera compartir con todos ustedes mucho más a menudo.


dissabte, 13 d’octubre del 2018

DEME ALGO, POR FAVOR.


Según leo en los papeles, el gobierno español, el estado español, se ha gastado 670.000 euritos en el desfile militar de ayer, festividad de la Virgen del Pilar, día 12 de octubre. Algo así como 112 millones de la pírrica moneda anterior. Evento un tanto deslucido por la lluvia. En ese día se aprovechan los corritos de gente para tomar el pulso a la política española. O sea, se habla de Catalunya por encima de todo. Ternos vistosos para los hombres y modelitos con firma para las damas. Una vez concluido el acto militar, el Rey ofrece una recepción que, en este caso, acogía a 1500 invitados. Se supone que los canapés, el vino español y todas esas zarandungas dieron lustre al momento. Pedro Sánchez en su primer desfile militar como presidente, se llevó todos los sapos y culebras coreados por la derechona más casposa y reaccionaria de las Españas. Ya se sabe, aquí el término medio no existe, o te lamen el culo o te despellejan. Mi ignorancia me induce a pensar en la necesidad de celebrar estos fastos que, a fin de cuentas, siempre son para los mismos. Porque a nivel estatal 670.000 euros son una bagatela, pero menos bagatela sería si los beneficiados fueran comedores escolares o personas en situación de abandono y riesgo social, que no son pocas.

Siguiendo con la lectura de papeles me apercibo de que las cosas no están nada bien. Un sudor frío me abraza la espalda y, por un momento, siento verdaderas náuseas. Resulta que después de dejar atrás la terrorífica crisis de siete años, la mayoría de países que conforman la Comunidad Europea, siguen teniendo el mismo nivel de vida, Pib, de antes de la crisis, y algunos lo han mejorado. De esos 28 países que son la Comunidad, La República Checa y Eslovaquia, siguen liderando el grupo, como antes, seguidos de Finlandia, Dinamarca, Francia, Países Bajos, etc. España, antes de la crisis, figuraba en el puesto 23, y en la actualidad ha descendido al 25. Tan solo seguida por Letónia, Estónia y Rumanía. En resumidas cuentas, seguimos siendo la cola de Europa, en casi todo.


Sí que tenemos una red ferroviaria de alta velocidad de las mejores del mundo, aunque adolece de un curioso estigma: es deficitario hasta las meninges. El único tramo que se encuentra en el umbral de estabilización, no de beneficios, es el de Barcelona-Madrid, aun siendo los precios de los billetes más caros que en la mayoría de tramos por España. Tramos en los que sube una persona en una macro estación en medio de la nada, y baja otra. También es cierto que fabricamos o compramos submarinos, que no hay donde amarrarlos, tanques, aviones de combate, misiles, armas de todo tipo que, como todo el mundo sabe, prestan un gran servicio a la población. Sin contar los enormes costos de una emigración subsahariana absolutamente descontrolada y acogida con una batería de facilidades y prebendas que en muchos casos no disponen de ellas ni los propios autóctonos.

En España un 14’5% de la población hace más de tres años que se encuentran en una situación de penuria.  Las prestaciones de garantía de ingresos resultan claramente insuficientes. Tenemos tantos pobres como Rumanía. Según un estudio de la Universidad de Alcalá, un 32’6% de la población, con trabajo, está en una situación de vulnerabilidad económica. Y un 26% está en riesgo de pobreza. Otro 26% de los mayores de 25 años o no tienen ingresos o son inferiores a 536 euros al mes. Y un 3’3% de los hogares españoles no tienen ningún tipo de ingresos. Si añadimos a todo este panorama tan sombrío que una generación perdida la engulló la crisis, no teniendo oficio ni beneficio y que personas de más de cincuenta años perdió el empleo y no lo recuperará nunca más, el balance es patético y ofensivo.

Quizá 670.000 euros para una fiestecita estatal no sea como para rasgarse las vestiduras pero, hombre, quizá sí para que alguien se sonroje.

dimarts, 2 d’octubre del 2018

EL PEQUEÑO GIGANTE DE OJOS TRISTES


Súbitamente nos ha dejado. Digo súbita porque Charles Aznavour no tenía de morirse, no estaba previsto, ”Con mi hermana hemos acordado pasar de los cien años”. Le han estafado seis. Tan solo un año atrás triunfó en Bercy, con noventa y tres años, una orejera por si fallaba la memoria y una butaca entre bastidores para pequeños descansos. Nunca claudicó, cayó innumerables veces y se repuso otras tantas. Carne de escenario, compositor, de buena pluma y un timbre de voz que le sobrevivirá. A tres generaciones amamantó con su voz rota, sus más de mil doscientas canciones en repertorio preñadas de vida cotidiana. Ciento ochenta millones de discos vendidos en cinco lenguas. Adoraba las lenguas, al contrario de aquí. Y un buen puñado de películas entre las que destaca Tirez sur le pianiste, de Truffaut. Y premiado con un César.

Hace una semana me encontraba pateando el Barrio Latino en Paris y lo ignoraba. Ahí nació en 1924 el pequeño genio. Los inicios en el escenario fueron duros y largos. Con 22 años es descubierto por Edith Piaf y se lo lleva de gira por América. El pequeño cantante de voz extraña seduce a la diosa de la chanson. De regreso a Francia se convierte en regidor, telonero, secretario, chofer, confidente y autor de alguna de las canciones de la diva. Se dice que también ejerció de maestro de ceremonias de su alcoba. Así mismo también escribe algunas canciones para Gilbert Becaud. Je m’voyais déjà, la historia de un artista fracasado lo catapulta definitivamente al estrellato, en 1960. Se prestó, en muchos casos desinteresadamente, a cantar duos: Ray Charles, Sinatra, Toni Benet, Stevie Wonder, Julio Iglesias, Sting, Céline Dion, Johnny Hallyday, Paul McCartney, Streissand o Liza Minelli. Profundamente francés y visceralmente ligado a sus raíces armenias.



Feo y bajito –J.Luna dice que hubo un tiempo en que parecía español-, posiblemente antes de reconstruir su nariz por mandato de la Piaf. Hacía muchos años que dejó atrás su Paris, para irse a vivir a la Provenza, a un tiro de piedra de la Costa Azul y las inigualables fragancias de la banda y sus cálidos colores. Montado en su tractor gustaba de recorrer la finca agrícola y jactarse de su plantación y producción de aceite. Creo que La Provenza y su mansión fueron sus últimos amores de verdad. Sin abstenerse ni un solo día de encerrarse por las tardes a sentarse en su taburete, las manos en el piano y la libreta de las corcheas y familia. Tres generaciones han bailado y enamorado con los fondos musicales del pequeño gigante de ojos tristes. A diferencia de la gran mayoría de cantantes, Aznavour contaba sus éxitos musicales por centenares. Resulta absurdo limitarlo a Venecia sin ti o La Boheme. Sus páginas hablan de alegrías y tristezas, de muchos fracasos, los suyos, y de ingentes triunfos, que también los hizo suyos. Dicen que fue un motor de besos y lágrimas, de halagos y desprecios. “Soy política y poéticamente incorrecto”. Tozudo como una mula para el trabajo, inquieto, nervioso, curioso, algo huraño pero receptivo, “Me encanta lo que hago y siempre que tenga la salud y la fuerza para hacerlo lo haré”.

Adiós, adiós Aznavour, has vivido mucho, pero es muchísimo más lo que nos has dejado. Sepas que no estoy aquí para aprovechar el momento, que, pese a la blancura de mis sienes, sigo tarareando Les comédiens desde aquella lejana década en que tú música se alojó en mi cerebro. Bohémio!

dissabte, 15 de setembre del 2018

MIRANDO ATRÁS.


Pues sí, hoy se cumplen dos meses y medio desde mi último artículo en estas páginas. El tiempo vuela y los acontecimientos se pisan unos a los otros. Llueve, los recuerdos se ciñen a los cristales mojados de las ventanas en forma de letras borrosas. Lo pasado, pasado está. Para qué verter más lágrimas? Nada cambiará, por mucho que duela. Sin embargo cuesta, cuesta la de Dios olvidar según qué. Cuesta tanto, que no se olvida jamás.

No tengo palabras para el verano transcurrido, son imágenes en proceso de maduración. He madrugado, y he subido a mi refugio dejándome hipnotizar por el nacimiento del sol, su asomo enrojecido en el horizonte enmudecía los pensamientos. Mi cuaderno de bitácora, desgastado y medio enmohecido, se deslizaba entre mis manos. Paris dice la primera página. Santo cielo, que mayor me siento, cuantos años han transcurrido. Es mi libro de viajes y también, creo, que es el libro de mi vida. Me decidí un poco tarde, aunque dicen que más vale tarde que nunca. Me conjuré a viajar siempre que se dieran las circunstancias para hacerlo.

En aquel ilusionado y adolescente viaje, Paris mostraba su imponente perfil y la grandeur propia de un país orgulloso. Quedé fascinado. Por unos días olvidé los tonos grises, el blanco y negro de la miseria unida a la necesidad de donde yo procedía. El aislamiento internacional de España nos tenía sumidos en la  ignorancia y el destierro, físico e intelectual. La cultura francesa ahogaba en mi mente las casposas festividades del Corpus Christi, la España cañí, los toros, el Nodo, las bofetadas en el colegio, las películas garbanceras o las palizas en las comisarías. Dice mi cuaderno que posteriormente he vuelto a Paris algunas veces.

Mi bautismo aéreo fue en un viaje a Bonn. Crucero por el Rin siguiendo la ruta de los castillos célebres. Stutgart, Frankfurt y Colonia. Lisboa, antigua y señorial, como la canción. Oporto, deslumbrante. España, de cabo a rabo, y de oreja a oreja. Sur de Francia, ruta de los Cátaros. Palma de Mallorca e Ibiza también figuran en el cuaderno. Florencia, Roma y el calor sofocante del  Vaticano. La Toscana se refleja en mi cuaderno en letras mayúsculas, un lugar para apagarse lentamente. Siena, San Gimignano, Parma, Pisa y Lucca, ciudad natal de mi Dios musical.


Venecia figura en la libreta con un sello confidencial, tengo vivido en la ciudad de los canales un sueño oxidado entre altos muros heridos por la humedad, la niebla y un magnífico trozo de juventud. ¡Dios! Como pasa el tiempo. Mi primer viaje a la ciudad de los rascacielos me descubrió un mundo que nada tenía que ver con el mundo conocido. La vanguardia de lo desconocido, lo máximo a lo que pueda aspirar el viajero ávido de conocer. Cruzar el Atlántico fue la verdadera prueba de fuego en el avión. Ni lo superé ni lo he superado todavía. Dentro de unas horas cogeré el avión y ya me siento intranquilo.
Ámsterdam me cogió por sorpresa, bella, suave, llana. Fantásticos paisajes salpicados de enormes molinos de viento. Rotterdam, nueva y majestuosa. Hitler la convirtió en papilla. Se reconstruyó, impacta su grandeza. Praga, un cuento de hadas, cultura a raudales. Viena, cultura, música y más hadas. Aquí he cerrado el libro, mi indispensable cuaderno de bitácora, sin haber llegado al final. Fiel testigo escrito de mis recuerdos y de una vida.

De lo más reciente todavía puedo rescatarlo de mi memoria, apenas los diez últimos meses. Londres, Londres no es una ciudad, es la ciudad. Descomunal conurbación urbana que precisa de años para medio conocerla. Realmente espectacular. En Berlín, febrero, nos pilló una ola de frío inhumana. Una semana pateando las huellas del holocausto bajo una temperatura de diez y doce grados bajo cero cada día. Para morirse, palabra. Menorca, junio, un paraíso. Cuarenta años  desde que la visité por primera vez. Buen lugar también para perderse para siempre en cualquier lugar de la isla. Posiblemente si han tenido la paciencia de llegar hasta aquí, yo estaré volando con destino a Paris. Hemos empezado con la ciudad luz y terminamos con ella. Ya no llueve, pero el cielo está condenadamente plomizo y amenazante.

dimarts, 31 de juliol del 2018

MOMIAS Y AMIGOS


Señoras, señores, al parecer y según anuncio del gobierno español, se quiere proceder al desalojo, al traslado de los restos mortales de la momia, del dictador Franco. Parece ser que la gran idea de Pedro Sánchez se va a encontrar con una encarnizada resistencia. No se puede pasar por alto que solo un 56’1% de los votantes del PP en Catalunya prefiere la democracia a cualquier otra forma de gobierno, y con respecto a Ciudadanos el 83’5%. Los que no están en estos porcentajes, que son muchos, se inclinan por la NO democracia. Es obvio imaginar que esta encuesta hecha en las Españas, donde la melancolía franquista goza de muy buena salud, el resultado sería escalofriante. Ignoro si el CEO (Centro de estudios de opinión) lo tiene previsto. Si algún día les diera por salir a la calle juntos, ríanse del bloqueo de los taxistas. Han pasado 43 años del traspaso de la actual momia, y perviven privilegios, condonaciones, prebendas y mamoneos múltiples. Eso sin contar las legiones de adeptos que tanto y tanto añoran aquellos grises tiempos. No tiene una explicación lógica ni traducible a la actualidad.

¿Se puede imaginar alguien que en Berlín hubiera un centro en forma de basílica o un moderno rascacielos, da igual, para acoger el peregrinaje de miles de ciudadanos para rendir pleitesía a Hitler? ¿Entra en sus cabecitas pensar que el ministro del interior alemán condecorara a Nuestra Señora de Schoenstatt con la Cruz de Plata, como aquí se concedió a La Santísima Virgen de los Dolores en su calidad de titular de la Real y Venerable cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y María Santísima de los Dolores? Jesús, Jesús, pero en dónde coño estamos. Así no es de extrañar que en ferias, cónclaves de partidos políticos y concentraciones públicas, se puedan ver chiringuitos con material de márquetin alusivo a la momia, y símbolos absolutamente ilegales como la bandera con la gallina. ¿Es realmente España, diferente? Pues mire usted, no sabría decirle, me da que pensar que puede que sea diferente, distinta, la ostia en bicicleta, un grano en el culo, yo que sé. Pero lo que se dice seria, homologable a los países democráticos de la vecina Europa, yo diría que no. Igual estoy equivocado y el grano en el culo soy yo. A saber.


Hablando de granos, Catalunya lidera una huelga de taxistas que ya se ha contagiado a casi toda España. No entro en el fondo de estas cuestiones, todo el mundo intenta defender sus legítimos intereses. Me llama la atención que llevan años poniéndonos de chupa de dómine, mofándose, insultando, caricaturizando, despreciando, y ahora resulta que se unen a la causa de los taxistas catalanes para que no se sientan solos, para darles su calor en la iniciativa. Coño, hemos pasado del “A por ellos” al “A con ellos”. Manda huevos. Pero si somos los que quieren romper España, despedazarla, descoserla, rasgarla, agrietarla. No, ya no, ahora somos amigos para siempre –Friends forever- que diría Julián el de los melones. Hay que joderse. Tanto es así que habrá que buscar espacios para tantos amigos; las timbas de cartas, los colchones sobre las vías del tranvía, las mesitas style camping, las paelleras, los botijos y cervezotes, los juegos infantiles, etc. Ahí es nada ubicar a tantísimos amigos que se quieren unir a la reclamación de sus derechos. A con ellos, se oyen los canticos en la autopista camino de Barcelona. Archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza, única. Que diría Cervantes. 

dimarts, 24 de juliol del 2018

LINCHAMIENTO INFORMATIVO (O la obstinada desinformación)


Según publica el Consejo de Cámaras de Comercio de Catalunya en su Memoria económica de Catalunya 2017, se ponen de manifiesto multitud de datos que desmontan, hacen trizas, las alarmantes previsiones que durante el último trimestre de 2017 formuló el Banco de España como arma de combate contra el proceso secesionista de Catalunya. Catastrofistas y asfixiantes con una previsión de costos súper multimillonarios para esta comunidad. No se han cumplido, antes al contrario. El gobierno español aprobó un decreto exprés para facilitar el cambio del domicilio social de las empresas con el objetivo de mantener un relato alarmista y que generara alarmismo y desconfianza en el proceso independentista. Vano es decir que la marcha de una sola empresa es una mala noticia. Lo que no se explicó es que los centros de producción y los puestos de trabajo seguían donde estaban. En 2017 cambiaron de domicilio –social- 2536 empresas, y en ese mismo período marcharon 1279 empresas de Madrid, de las que nadie dijo nada. De la misma manera se vendió la falsedad de que la Agencia Europea del Medicamento no se estableció en Barcelona por causas directas de la situación política. Se escogió Ámsterdam y no por ello nadie imputó a Catalunya como culpable de que no se establecieran en Milán o Copenhague que también aspiraban a la elección.


Si algo ha enturbiado la situación económica no ha sido otra cosa que la desatención del gobierno español, el alarmismo infundado y la sangrante desinversión en infraestructuras –que con nuestros impuestos nos pagamos de sobras-. Catalunya tiene el 16’2% de la población de todo el Estado, representa el 19’2% del PIB, aporta el 21’3% de la recaudación total de impuestos y el 25’6% de todas las exportaciones. Por el contrario solo recibe el 13’5% de la inversión pública del Estado. Estamos hablando de datos contrastados, emitidos por un organismo oficial, no del tío Genaro el otro día en la bronca del bar.

Ha habido desinformación, tergiversación y confusión mal intencionada y a niveles de linchamiento absolutamente impropios de un país democrático, si es que damos por supuesto que lo sea. Por demás sabemos que una cosa es la gimnasia y otra coger una pea como un piano. ¿Moler a palos a una población indefensa y terciar para hundir la actividad económica de ese pueblo, son medidas aceptables de un estado de derecho? ¿Podría darse la misma circunstancia, los mismos hechos, en Inglaterra, Holanda o Finlandia, por nombrar unos pocos? Se imaginan –aunque les cueste un gran esfuerzo- que habiendo desavenencias políticas importantes en Alemania con el land de Baviera, se les ocurriera arruinar el land más próspero y coserlos a ostias. Verdad que parece imposible. Pues estamos donde estamos.

Al parecer este 2018 tampoco va mal del todo, de momento. En el primer trimestre el PIB catalán ha crecido un 0’8%, el doble que la media de la Unión Europea y con unas previsiones del cierre anual con un crecimiento del 2’9%. No está nada mal. En veinte años Catalunya ha evolucionado de tal forma que ha girado como un calcetín los datos: En 1995 las ventas a España representaban el 63’5% del total. En 2017 el 64’5% fueron ventas al extranjero. No deja de ser curioso que frente a los miedos, las amenazas veladas y las presiones de todo tipo, no hayan hecho mella en Siemens, Amazon, Nestlé, Facebook, Allianz, Oracle, Mediamarkt i Lidl, que presentan unos muy buenos credenciales vía inversiones en Catalunya para este mismo año. Y Mercadona también.

En ciertos centros de poder europeos se les empieza a colgar la mosca en la oreja. Otra cosa es que por razones estrictamente diplomáticas y de buen vecindario, se maten las moscas en voz baja. Con el cambio de gobierno parecen abrirse puertas con renovado aire, no quisiera equivocarme pero mucho me temo que no será otra cosa que el aire acondicionado de verano. Ya saben, Spain is different!  

divendres, 20 de juliol del 2018

UNA DE PESO Y OTRA DE MARISCO



Uno que ya, modestia aparte, tiene las posaderas refritas y certificadas en lo referente a restaurantes y abrevaderos de todo pelaje, se cree en el legítimo derecho de opinar ciertas obviedades. Excepciones pocas y punteras, las hay  –siempre muy caras- el resto, creo yo, no están a la altura de las circunstancias en lo que a costa o litoral se refiere.  Sin generalizar pero hincando el diente, nunca mejor dicho. Precisamente es ahora cuando disponemos de más tiempo para gozar en rascarnos el ombligo o disfrutar de los placeres del buen comer y beber y, porque no, del querer. Tiene razón Marc Álvaro cuando dice que se fomenta el establecimiento del “entra y no vuelvas nunca más”. No hay voluntad alguna para fidelizar, al contrario, casi todos somos tratados de guiris ocasionales. De forasteros incautos seducidos por unas llamativas pizarras o simplemente agarrados por el brazo y embadurnados por bonitas palabras de charlatán de feria. El espectáculo puede llegar a ser decepcionante y preocupante. ¿A qué se debe que paguemos sin rechistar comidas que no responden a unos mínimos de calidad? ¿Por qué aceptamos precios que están hinchados de aire viciado, precios de dos meses para cubrir la precariedad de los otros diez? Mantelerías impresentables o sencillamente rotas, personal rotundamente descalificado, vinos de “la casa” a 14 euros la botella, aceites refritos que convierten las cenas de pescado en auténticas “fritangas”. El café invita la casa –por dios-, si a cuarenta o cincuenta euros por barba nos hemos pagado el café, copa y puro. Se persigue la cantidad, la masa, a tantos platos por hora. ¡Disculpe! ¿Y la calidad? Es que desde esta terraza el cliente divisa todo el puerto y el glamur de ver riadas de gente arriba y abajo helado en mano y sacudiéndose los ardores con resignadas sonrisas y más helados. En la mayoría de casos no veo justificada la cuenta, ni mucho menos. Comenta Álvaro que hoy todo es una experiencia, puede que así sea, en boca de los sabios gastrónomos, pero el asunto radica en que si se trata de una experiencia nefasta o incluso tirana, ¿vale la pena experimentarla?


El mismísimo The New York Times se hace eco del escándalo de los submarinos españoles. La historia comienza en 2004 con la aprobación del presupuesto para la construcción de cuatro submarinos –no sé para qué- por un importe de 2132 millones de euros –no sé para qué- y que tras catorce años de proyecto se ha visto prácticamente duplicado alcanzando los 3907 millones. Ahora la Armada Española –no sé para qué- espera de la flamante ministra que apruebe la financiación para que su construcción no se paralice y el primer submarino pueda sumergirse en el año 2031 –no sé para qué-.

Pero, pero resulta que los señores arquitectos navales, ingenieros navales o quien sea, no se apercibieron de que estos monstruos bélicos de hierro –no sé para qué- tenían un exceso de peso en su diseño de 120 toneladas, que en mi pueblo son 120.000 kgs. Razón por la que dedujeron que estos artefactos se sumergirían en las frías aguas del Atlántico, por poner algo de agua, pero a la hora de emerger, de subir a flote, no subiría ni por arte de magia. No flotaban. No problem dijo alguien, se le añaden diez metros más de eslora –largo- y problema subsanado, peso repartido. Coño, ¡albricias! haberlo dicho antes, Martínez. Ya está señor, flotan y asustan al enemigo. ¡Ostia! Pero si ahora no caben en el puerto –no sé para qué- Y otra vez, No problem, se alarga el puerto.

En resumen, 3907 millones, más el huevo de alargarlos, más asesoramiento americano, no, así no, 14 millones, más 16 millones para dragar el puerto, más 86 millones para arreglar las carracas anteriores y puedan combatir. Adivina adivinanza, a qué no saben quién va a pagar la factura.

Vamos a ver abuelo, ¿de qué montante estamos hablando? Me diga? Qué cuánto costará la inmersión, coño! Ah, pos haber gritao más. Pos ahora de pensión me dan 500 euretes, pero man dicho que me suben un euro más. ¡Jo!

dissabte, 14 de juliol del 2018

PRÓXIMA ESTACIÓN, NEW YORK


Sé que puede parecer insólito, pero el tren también tiene alas, y estas alas, atravesando el Atlántico, me llevaron hasta Grand Central, en New York, en la calle 42 entre Lexington Av., y Park Av. Medio estación termini y medio museo, monumental nudo de comunicaciones enterrado. La primera vez que caí en este Polifemo urbano tengo que reconocer que me impresionó mucho. Y las posteriores visitas, cada vez me impactaron más. Aquello no es una ciudad, es como el río cuando se transforma en mar. La inmensidad te ahoga, pero revives. ¡Y de qué manera!

Tenía diez días por delante y quería aprovechar al minuto mi estancia. Un minucioso estudio del plano, cuadriculación de la ciudad con lápiz de color y reparto de zonas por los días de estancia. Perfecto, una rotundo chapuza. Pobre de mí, cada cuadricula necesitaba diez días yendo rápido. Decidí no coger ningún transporte público, no perderíamos ningún detalle de las calles, las tiendas, los edificios, la gente, la policía, los bomberos. Lo quería ver todo a pie y... me los planché.

El primer día no cené, estaba rendido y con los pies hinchados. Todavía me duraba el cabreo con el perro de inmigración en la aduana del aeropuerto JFK. Me dormí pronto con la imagen del puente de Brooklyn clavada en el cerebro. Como he dicho, no cené pero si tomé una copa en The River Café, bajo el mismo puente y colgado sobre el río Hudson, con unas vistas tan increíbles del skyline de Manhattan que me prometí volver, pero para cenar tranquilamente y dejar volar la imaginación o los sueños frente a Chinatown.

Rápidamente decidí que la magnitud de la ciudad no me permitía sacar adelante mi cuidadosa planificación para rastrear aquel monstruo de gigantes de acero y hormigón. Dedicaría los diez días a hacer el turista, sacar una fotocopia mental de los cientos de lugares emblemáticos y dejar para futuras ocasiones el detalle de los cinco distritos y los incontables barrios. Tres días para tener una idea de Brooklyn y una semana para recorrer Manhattan. Por eso esta crónica también será una primera estación en la que, con el tiempo, intentaremos añadir otras rutas. En esta ocasión no hablaremos de El Bronx, Queens, ni Staten Island, sería necesario un libro.


A unas cuatro travesías al este de mi hotel, junto a Grand Central, está la confluencia de Broodway Av. con la séptima, donde aparece una especie de ombligo del mundo: Times Square. Si pones en marcha unas mínimas dotes de observador, te darás cuenta del porque Estados Unidos es la primera potencia, del porque tienes que dejar la piel si quieres destacar y ser alguien en medio de aquella neurasténica sociedad. En la que, en principio, toda persona tiene posibilidades de escalar posiciones: trabajando duro, muy duro. Esta es la clave. Ni pereza, ni bajas, ni pillería, ni puentes, ni eso no me toca. Trabajar mucho, nada más. Nadie te da la hora que es ni te abre la puerta del taxi, si a cambio no se escupe un dólar. El dólar es más que una moneda, allí es una forma de vivir y de entender la vida. ¿Fumar?, me parece que yo era el único fumador en la City. Dado mi interés por escudriñar al máximo, hablé con varios hispanos que trabajaban dos turnos cada día en diferentes empresas, con el fin de reunir suficiente dinero y poder crear ¡su propia empresa! Al hablarles de vacaciones o "bajas" se echaban a reír.

Junto a Times, en la 43, el Tony's de Napoli, es un buen lugar para retomar fuerzas y lubricar las tuberías con excelentes vinos australianos, sudafricanos o chilenos. En NY comenzaron a decaer mis convicciones en torno a los vinos. Muchas veces creemos que somos los reyes del mambo en diversos sectores cuando, a la hora de la verdad, adviertes que sólo somos el chico de los bongos.

Hoy cerraremos las breves impresiones en el Lincoln Center, el Metropolitan Ópera House, el MET para los amigos. Porque ¡eh!, yo he ido a New York también para ver ópera. Es el alimento básico de mi vida. Aquel día, el segundo, los trinos y la frescura del cercano Central Park, me acompañaron hasta las puertas del teatro para ver una Manon Lescaut que ya no podría olvidar nunca más.

(Publicado el 10/01/2010)

divendres, 6 de juliol del 2018

EN PELOTA PICADA Y ALGO DE HIELO


Pues por aquí, bien, sin novedad destacable. Transcurre el verano de forma plácida y sin sobresaltos dignos de mención, si acaso dejar constancia de que hay menos gente de la habitual por estas fechas. Un trompazo con la bicicleta y el reventón de la rueda trasera son los incidentes más destacados de esta semana, en lo que a un servidor concierne. Tan solo me ha llamado la atención un artículo de Gloria Moreno en el que nos pone al corriente de cómo andan las cosas por Finlandia. Concretamente hace referencia a la ropa interior y al alcohol.

“Kalsarikänni”. Con esta palabreja definen los fineses o finlandeses el hábito de embriagarse en ropa interior. Lo que podría traducirse en agarrar una cogorza en pelotas. Así es, la oscuridad y el intenso frío de esas latitudes cercanas al Ártico, propician un alto consumo de alcohol, casi siempre en casa. Las rígidas inclemencias meteorológicas inducen a pasar muchas horas en casa, emborracharse en calzoncillos –es un eufemismo, deben de ir en pelotas-, relajarse y cargas pilas. Ignoro como se relaja uno, con el cerebro atestado de ginebra, vodka o whisky. Precisamente cuando andas a rastras por el suelo, a la relajación se la llama gelamación, como pisándote la lengua. El Kalsarikänni se practica siempre solo, pura intimidad, tú vas dando tumbos por todas las estancias con la botella en la mano. Me imagino que si se pasean delante de un espejo, deben enfurecerse por ver a alguien delante de él.

La gente de más edad tiende sin paliativos a considerar que la singular y secular liturgia de darle a la botella a solas y en bolas, no es más que coger una mona como un pufo. Sin embargo los más jóvenes dicen que se trata de beber moderadamente. Y ya sabemos que beber moderadamente puede provocar entrar en una autopista en sentido contrario o arrancar de la gasolinera después de repostar, con la manguera conectada. Por lo que hace al perfil de los mamones solitarios, se considera que es una buena opción para aquellas personas de clase media, en aquella fase de la vida en que los niños son todavía pequeños, la vida laboral es exigente y es necesario ahorrar para pagar la hipoteca. Los niños dicen “mamá tengo hambre” y mamá les dice “ejpega que denga papi”. Si papi llega a casa a las cuatro de la tarde, pongamos por caso, y no contesta nadie al timbre, papi sabe que debe aguardar hasta las ocho de la mañana, bajo una temperatura de 40 grados bajo cero, en espera de que mami se saque los rulos de dentro del cerebro. Querido, estoy en bolas practicando Kalsarikänni. ¿Qué fonito! Es el estado quien controla la venta de alcohol en Finlandia y con cierta rigurosidad. Menos mal. Razón por la que muchos finlandeses se embarcan en un ferri hacia la vecina Estonia, donde el comercio de bebida dura está liberado y es más económico, y se ponen de botellas hasta los dientes. Creo yo que si van con asiduidad a Estonia, ni circuitos culturales, ni turísticos, ni hostias con vinagre. Las maletas y bolsas de deporte cargadas hasta los hígados de destilados, nunca mejor dicho, y los tupidos y acolchados anoraks hinchados hasta las costuras de cristal etiquetado.

Es lógico pensar que a su vuelta a casa a los niños no les llevarán de recuerdo un reno con la cornamenta de plástico o un Santa Claus de corcho montado en un trineo. A lo sumo unas botellitas de vodka como las de los aviones, tamaño bolígrafo gordo. Vivir para ver ¡Qué digo! Vivir para columpiarse en bolas y atizándole a la botella. ¡Uy que frío!

divendres, 29 de juny del 2018

ESTO ES UN COÑAZO (Trozo III)


Todos aquellos que se pirran por el sol están de enhorabuena, ha llegado ya en serio y para quedarse. A mí me trae sin cuidado, me resigno y soporto sus invectivas. No luzco palmito ni palmón, invierno con cara de ajos tiernos y verano con la misma cara pero de color leche desnatada. El alcalde de Tarragona sigue con su buen ánimo manifestando el éxito, la excelencia de los Juegos del Mediterráneo. Pero parece ser que hasta en las carnicerías regalan entradas para presenciar alguna competición. Andan algo escamados al constatar que en la mayoría de espectáculos tan solo acuden los atletas, los árbitros, los que no se pierden una si es gratis, y la señora encargada de las toallas. Sin olvidar la pareja de policías aguantando el tostonazo. Malos tiempos para la cosa de los bíceps y la testosterona aplicada al esfuerzo. Sufro ya esperando el acto de clausura de estos Juegos. Con un poco de suerte se podrá presenciar un desfile de la Legión con cabra incluida, una exhibición de las costureras de Toledo o, vaya usted a saber, una demostración del campeón del mundo en almendra garrapiñada. La inauguración situó el listón en las nubes. Y ese sabor tarraconense que tanto gusta...



La Comunidad Europea y, con ella, todos sus mandatarios, también están de enhorabuena. Y no por el sol, los Juegos, ni siquiera por el pedazo de comidas y cenas que se montan. Uy, qué va. En las salas del pleno y en los mismísimos pasillos de la sede, se felicitan unos a otros, aunque no puedan ni verse, se congratulan de ver que el representante español por fin es alguien que su físico no es ceñudo, encorvado, huraño o arisco. Pero más que nada, porque estaban hasta las ingles de tener que hablar con las manos o las muecas. Y es de entender, claro, porque los políticos españoles se han destacado siempre por hablar el murciano, segoviano, sevillano, albaceteño, manchego, granaíno y, en ciertos casos, el madrileño. Y sí, ellos creen que son poliglotas, y no digo que no, pero es que no los entienden ni los más arriesgados. Situación que produce un efecto evaporador, excluyente. Esto es, mientras los mandatarios departen a mandíbula abierta en corrillos multicolor, el representante español acostumbra a estar sentado, mirándose las uñas y repartiendo sonrisitas al más allá, porque no hay más acá. Ojo, a nivel resolutivo espero del Sr. Sánchez, exactamente lo mismo que de sus antecesores. Ojalá me equivoque, pero no suelo equivocarme. Habla inglés y francés fluido, pero... Spanish is difficult.

Por estas largas playas en las que no me baño, un restaurante medio-alto te puede sacudir de 22 a 24 euros por una lubina al horno o a la sal. Esa misma lubina, en un establecimiento similar, te puede costar entre 26 y 28 euros en Barcelona. Yo tengo por costumbre ya hace muchos años, salir a comer, nunca o casi nunca a cenar. La excepción de la cena, por ejemplo, fue el pasado 17 de agosto. Esa noche me zampé una lubina a la sal. Pero esto fue irrelevante, carece de interés alguno. Terraza exterior, levantamos el culo de las sillas sobre la una de la madrugada, paseo hasta el aparcamiento y llegada a casa sobre la 1’20h. A treinta metros de nuestras sillas todavía calientes, cuatro terroristas son abatidos por el mismo mosso, estando nosotros en el interior del aparcamiento y no apercibirnos de nada. ¿Y qué pinta la lubina aquí? Nada, no pinta nada. Solo que aquella noche, antes de ser abatidos los terroristas, en su huida desesperada a pie, hirieron de gravedad a varias personas que paseaban tranquilamente, disfrutando de la noche, la conversación, el fresco y, tal vez, de una cena compartida con amigos. Con o sin lubina.

dilluns, 25 de juny del 2018

ESTO ES UN COÑAZO (Trozo II)


Hemos pasado unos días de lo más agitado, ha habido para todos los gustos. El solsticio de verano ha hecho mover miles de personas de un lugar a otro, todo el mundo practicando ejercicios de auto control y dominio de nervios en las largas colas de la carretera. La verbena y las cocas no se han hecho esperar. Grandes corros de familias o amigos se forman a lo largo de todo el litoral. Unos con comidas preparadas y otros con la consagrada tortilla de patatas. Se hace juerga, se cantan canciones y descorchan botellas. Y como casi nadie ha de conducir, se cogen unas trompas de las que marcan territorio. Sin olvidar el baño nocturno del que muchos cantan excelencias, sobre todo los que aprovechan el desenfreno para hacer un par de kikis bajo la torcida mirada de una luna en crecimiento.

Qué podemos decir de estas noches en la playa que no sea una repetición. Casi todo se ha dicho y escrito, son legendarias. Hombre sí, podríamos aprovechar para mencionar como quedan estos idílicos marcos el día siguiente. Pues hechos una mierda. Así es, montañas y montañas de desechos, restos de comida, toneladas de botellas o plásticos de todo tipo. Sólo de las playas de Barcelona se habla de 20 toneladas de basura. Pero aún hay más, si, más. Los cientos de condones enterrados en la arena, o no, y los que flotan sobre las olas como caballitos de mar y se desplazan a la deriva como un barco averiado. No seré yo el que me bañe al día siguiente ¡madre mía! a riesgo de salir del agua con un bigote impostado. A mí me es indiferente que la gente se desahogue a golpe de ingle, como si se quieren ventilar una estrella de mar o dejarse morder una teta por una medusa. Pero, coño, que se lleven la  mierda a su casa, por favor.



Tarragona está de moda, sí señor. Esta ciudad ha permanecido alejada de los grandes eventos durante demasiado tiempo. Cierto que durante el proceso independentista, su voz se hizo notar con frecuencia. Tarragona es una ciudad de tamaño apropiado, bonita, antigua, y vigía privilegiada del Mare Nostrum. Después de un largo camino lleno de obstáculos y sobresaltos, finalmente se pudo realizar e inaugurar su gran sueño: Los Juegos del Mediterráneo. Competiciones deportivas dentro del Movimiento Olímpico del Mediterráneo. La ceremonia inaugural tuvo lugar el pasado sábado, bajo la presidencia del rey de las Españas, el presidente de la Generalitat y el alcalde tarraconense. De entrada les confieso que me quedé muy atribulado, confuso, extrañado. Y esto no tiene nada que ver con la tirantez que se respiraba en el palco de autoridades. Cuando el alcalde Ballesteros presentaba por la megafonía a las autoridades presentes, al nombrar al presidente Torra se oyó una avalancha de gritos y silbidos. Mientras, yo me ocupaba de un aceitoso ibérico, acompañado de un queso ciertamente ofensivo, observé que las gradas estaban llenas de banderas españolas, muy respetables, y de las catalanas que brillaban por su escasez. Ignorando lo que ocurría o podía pasar, lo atribuí a los latigazos de vino tinto que me inoculaba para hacer frente a los sólidos. A continuación la actuación de unos artistas que sin lugar a dudas deben de ser muy buenos, otra cosa es que yo sea un ignorante, que fueron desgranando su programa vocal. Las tomas de las cámaras de TV mostraban grandes espacios del estadio vacíos, fríos, desalmados. Mientras me zampaba la última loncha de jamón, en la pantalla se veía el cielo de la ciudad romana por donde dos paracaidistas militares descendían hacia el centro del estadio mediterráneo. En ese preciso instante, el mando a distancia me transportó hasta una peli de sangre y tiros, creo que de Bruce Willis. La sangre que chorreaba por doquier hacía juego con el vino que me iba infiltrando.

En resumen, sin desmerecer ni censurar a nadie, si me llegan a decir que todo aquello estaba pasando en Guadalajara o Burgos, por ejemplo, me habría quedado tan ancho. Los preciados diseñadores y parideros de grandes espectáculos de masas, las autoridades locales, el tío Ramón que es muy listo, ¿no podían haber dado un aire más catalán, más tarraconense, más ajustado a la realidad de las cosas, a todo aquel esperpento? Y los castellers, ¿dónde estaban los castellers?

dimarts, 19 de juny del 2018

ESTO ES LA COÑA (Trozo I)


Mala suerte, me he partido el menisco. El menisco izquierdo. Afinemos un poco más, de eso hace ya tres o cuatro años, no ahora. En su día ya me dijo el cirujano que ya no se opera el menisco de forma protocolaria y automática. Tan solo en casos en que se considera necesario. Me he acordado hoy, anticipo del tiempo estival que está al llegar y antesala de los itinerarios en bicicleta. La bicicleta emite un ligero chasquido a cada vuelta de pedal, que coincide exactamente con el chasquido emitido por mi rodilla maltrecha. Nada preocupante si lo comparo con las docenas de ruidos, pulsaciones, mialgias, punzadas y pequeños dolores que exhala mi cuerpo entero. Un cataplasma, vamos. En invierno me divorcio de la bici, por pura cobardía. En donde yo vivo las temperaturas invernales son un tanto inhumanas y lo último que haría sería pegar aquel maldito sillín a mi culo. Además, la tengo en la playa, lejos de mis adoradas montañas. Ya me encuentro en la playa, poca gente, ventadas por la tarde, paseos matinales, comidas frugales, mucho pescado y ausencia absoluta de tetas y de machos alfa dispuestos a comerse lo incomible.

Por las noches lo de siempre, o casi. Hojeo el periódico, me calzo los cascos y dejo que la música me amanse, como a las fieras. Cuando me parece que lo que oigo es digno de compartir, lo hago mediante un grupo de Facebook que creé ya hace algunos años. Había permanecido casi siempre bajo mínimos sin embargo, ahora, se ha recuperado y se encuentra en unos niveles de participación muy prometedores, y va al alza. Hay un grupo de personas muy activos que llena la página de buena y variada música. Yo soy muy repetitivo, cansino diría yo. Aunque la mayoría de agregados derrochan amabilidad prestando atención a mis publicaciones. PEN CLUB MÚSICA, por si a alguien le puede interesar y compartir sus gustos musicales.


Ahora es tiempo de renuncias también. Aquí suelo pasar de puntillas sobre la información política de los periódicos. Es como un hartazgo la temática de las peleas diarias y el quítate tú que me pongo yo. Que si han encarcelado a Urdangarin, que si se presentan no sé cuántos para presidir el PP, que si Susana dice que a los catalanes ni agua, que como Sánchez no se coalicione con otros, su recorrido será efímero. Que si el presidente hace footing por la mañana en los jardines de la Moncloa –que a mí me importa un huevo-. Aunque reconozco que Sánchez corre con estilo de deportista, al revés del anterior, Rajoy, que corría como si estuviera escaldado o con ansias de llegar al retrete. En fin, al mediodía comparto plato con las noticias televisadas, por la noche ya no. Miro las estrellas y el reflejo de la luna sobre el mar, y si no hay luna, me lo imagino. También miro las olas, y si tampoco hay luna, las oigo.

Me han entrado furibundas ganas de oír el pasodoble de España Cañí y mandarlo al Face. Leo no exento de asombro, como diría un entendido, que en el último programa de Supervivientes, que no he visto jamás, un tal maestro Joao ha podido hacer realidad uno de sus sueños: ver y tocar el culo de Jorge Javier Vázquez. Como lo oyen. El tal Joao, que no sé si será vidente, le pudo leer el futuro a Javier, nada más y nada menos que reflejado en su culo. ¡Coño! Que diría mi padre o cagondiós que diría mi vecina. Una foto ilustra el notición en la que aparece el divo televisivo con los pantalones en los zapatos y al realizador de sueños arrodillado frente al famoso culo. Y al parecer, no es que no tenga pelos en la lengua, es que no tiene pelos en el culo. Joao profetiza que el divo venderá su casa, cesará su periplo televisivo, etc. Y a Juana de Arco pongo por testigo de que un servidor, que tiene los ojos nuevos de trinca, por más que miro la foto, no olerla, no veo letra alguna en esa masa muscular al fresco y a un palmo de la nariz del vidente. Ya me perdonarán, amigos y amigas, pero solo de pensar en el sillín de la bici, creo que no la cogeré más. ¡Es que hay que joderse, que diría mi abuela! Si esto es información/televisión, yo soy Giacomo Puccini.

dimecres, 13 de juny del 2018

AMORES TORTUOSOS



Anoche sufría un estrago depresivo y transcendente de personalidad, que no sé ni qué es eso, pero queda muy bien, casi dramatúrgico. El caso es que cesé en mi empeño de colgar tostonazos musicales en Facebook y me entregué a la noble causa de hurgar en los sentimientos ajenos. Puesto que este sitio tiene nombre de tren, me decidí por ver la película Tren nocturno a Lisboa. Previamente revisé La Correspondencia. El nexo que une ambas películas es que están interpretadas en su papel masculino por Jeremy Irons, el misterioso, el extraño, el frágil, que nunca deja indiferente.

Sin ninguna duda el tren a Lisboa es muchal mejor película que la del amor de ultratumba. Una fogosa relación de amor entre una estudiante de astro física y su profesor que le triplica la edad. El film se inicia en una habitación de hotel, impartiendo una lección de besuqueo en la que se comen las bocas, acompañada de un malabar juego de manos entre ambos. Bien, él desaparece de esta vida, pero ella sigue recibiendo en momentos y fechas oportunas diferentes mensajes en forma de audio, email, y cedés. El calvario que sufre la joven se acrecienta hasta límites insoportables, y los recuerdos que la asfixian.  Todo ello con un relato tedioso, lento y repetitivo. Irons no sale bien parado a mi modo de ver. El actorazo que es, queda desdibujado y volátil. Para mi que tenia prisa por acabar el rodaje. Buenos exteriores y relajante y exquisita música.

A buenas horas hoy una moza de 18 años estaría pendiente de los mensajes de ultratumba, siguiendo el esperpéntico guion de todo un flamante cadáver. ¡Qué digo moza! Ni toda una mujer en todo su esplendor. Como mucho le llevarían un ramito de gladiolos de su parte y de las partes de su nuevo amigo. La vida es así de cruda y real. Para mi que Tornatore (Cinema Paradiso) quiso rizar el rizo, pero pinchó. Hoy se hace difícil encontrar poesía tras las esquinas, priman las prisas y los picores de bajos. Suena mal quizá, pero ahh…



Jeremy Irons está más en su sitio, mejor ubicado, algo embelesado, en Tren nocturno a Lisboa, como profesor de latín y griego en Berna. Su afilado rostro encaja en la trama, el azar pondrá en sus manos un billete de tren con destino a Lisboa. Solitario y algo huraño se obsesionará en encontrar al autor de un pequeño libro escrito durante la dictadura de Salazar. La película mantiene el ritmo y describe bien el momento y el ambiente de la ciudad violentada por el fascismo. En ese ir y devenir, el protagonista suizo (Irons) persigue lo imposible, conociendo un buen puñado de personajes que van tirando del ovillo hasta llegar al autor del libro, extinto ya. En ese largo itinerario, va cubriendo los grandes vacíos de su propia vida. Un matrimonio fracasado y un aula llena de estudiantes como únicos amigos. Solitario, metódico, pensador, reflexivo y algo tímido. Bingo, con un pie en el estribo del tren de vuelta a Suiza, el profesor descubre el amor y el tren parte sin él.

El cine en su conjunto y en su magnetismo indiscutible, es fuente de enseñanza para muchos. Te deleitas con las imágenes y te dejas impresionar por las palabras. Como todo, hay de bueno y de malo. Pero siempre hay una chispa esperándote o simplemente una historia que te conmociona. Dicen que es un arte, y yo me lo creo. Otra cosa es querernos convencer con argumentos mal intencionados o explicarnos historias de amor, de un amor imposible, irracional, falso y obsceno. Pueden hacer tintinear los sentimientos, pero no engañarlos, no mentirles. La mentira no es una buena receta, ni para el condado de York ni para Lisboa.


divendres, 25 de maig del 2018

COGE LA PASTA Y CORRE

Queridas amigas y amigos, la función va a empezar, lo que ignoro es cómo acabará. Los payasos han sido retratados, el maquillaje cubre las caras duras y la carpa abarrotada de público clama venganza y castigo. Como resultado de tal evento, la atmosfera ha sido invadida por una espesa y contundente nube. Nube que al parecer va preñada de ingentes cantidades de mierda pura. Es el gran día.

Durante años han querido intoxicar, y lo han conseguido, con que los artistas catalanes eran los desestabilizadores del tablero español. El bombardeo de insidias y calumnias ha sido demoledor. Los insultos y humillaciones, dignos de la taberna más pestilente. Y como ya sospechábamos los payasos del grupito catalán no han sido más que los enanitos de las representaciones. Los bufones a los que se les puede pegar y mancillar. Los grandes artistas y cabecillas del mayor desfalco político de esta triste historia, no han podido evadirse ni en sus lujosos carromatos.

Si el sideral robo se hubiera perpetrado en algún circo democrático europeo, a estas horas habría ya centenares de dimisiones. Aquí no, aquí no dimite ni el mico del circo. España cañí en todo su esplendor. El jefe de filas ha manifestado a la COPE “El gobierno asegura que no le afecta de ninguna manera la sentencia”, la sentencia de la Gurtel. O sea, no le afecta que su tesorero durante décadas, cargos de confianza, diputados, ministros y aliados diversos, hayan sido sentenciados a décadas de prisión. Al parecer ni le afecta “de ninguna manera” la gravedad de la lista de delitos cometidos: asociación ilícita, fraude a la administración pública, prevaricación, blanqueo de capitales, delitos contra la hacienda pública, tráfico de
influencias, apropiación indebida o estafa procesal.

Y siguiendo con las piruetas desde lo alto del trapecio, ha seguido no sintiéndose afectado por la sentencia. Ni que se haya confirmado la existencia de una caja B del partido de los trapecistas, con una estructura financiera y contable paralela a la oficial, al menos desde el año 1989.
Tampoco cree que le afecte de “ninguna manera” que el tribunal haya acreditado la existencia de un auténtico sistema corrupto entre el grupo del saxofonista Correa y los levantadores de pesas del PP hasta el punto de que, según sentencia, se creó en paralelo un autentico y eficaz sistema de corrupción institucional a través de mecanismos de manipulación y contratación pública central, autonómica y local. No parece afectar tampoco al hombre bala, la serie de despropósitos de toda índole que recogen los 1700 folios de la sentencia. Ni se dan por enterados de las partidas de cartas que jugaron a la sombra de la carpa, en las que, en vez de sota, caballo y rey, había sobres rellenos de espuma líquida, ¡alehop! ¡Al bolsillo!

¿Qué más se puede decir de los integrantes de ese circo? Afortunadamente ha sido necesaria la intervención de la justicia para clamar al cielo lo que Pagliacci balbucea al final del drama en escena, “La Comedia e Finita”. Algunos nos preguntamos, no saliendo del asombro, si puede llegar a ser cierto este drama, si es verdad que esta compañía de funambulistas trashumantes forma parte del gobierno de un país. Si no es un sueño que se castigue un rapero a tres años y medio de cárcel o se mantengan en prisión preventiva de incierto final a personas que no han sido procesadas. Que un primero de octubre dictaminaran el apaleamiento del paciente e inocente público que había comprado su localidad. ¿Cuál será la opinión de la Europa democrática acerca de este monumental galimatías? Estamos hablando de corrupción en su más exigente acepción, adscrita como las lapas a las más altas esferas de un país.

Empiezan a surgir voces de otros circos que se sienten ofendidos. Desconfío. Cuando Aznar subió al poder dio por finiquitada la última etapa de González, un despropósito de cajones rotos. Con Aznar ya saben por dónde anduvieron los tiros de feria i siempre toca. Con el hombre bala queda todo dicho. Mociones de censura, elecciones… ¿quién quiere ser director del nuevo circo? ¿Sánchez? ¿Rivera? Sin palabras. La Comedia e Finita.

dilluns, 14 de maig del 2018

PALABRAS AL CAER EL CREPÚSCULO


Aparentemente rejuvenecido, fruto de una dieta de adelgazamiento iniciada por voluntad propia, mantiene esa apariencia de hombre duro, no huraño, altivo, que dicen algunos. Pero no tarda en descubrir su lado más conocido y cultivado por él; el sentido burlesco y cómico que le lleva a reírse de casi todo. Pero jamás esconde la fortaleza de sus convicciones, defendidas a capa y espada.


-Nombre, lugar de nacimiento y edad.

-Llene usted la casilla como mejor le parezca, no recuerdo mi nombre. Abrí los ojos en una plaza ajardinada, llena de dalias y geranios. Años hay los que median desde el ecuador de una pérfida dictadura hasta hoy.

-Su físico alienta una imagen de hombre serio i cabal. ¿Tiene de que arrepentirse?

-Claro, naturalmente que sí. Presénteme a alguien que no tenga nada de que arrepentirse. Erramos el tiro demasiadas veces.

-Qué le dice la palabra Cultura con mayúscula?

-Me dice bien poca cosa. Aborrezco magnificar algo que forma parte intrínseca de la vida. Cultura es casi todo: una imagen, un gesto, la música, la pintura, la escultura, el turismo bien entendido, el pan horneado, los modales, las lenguas, la literatura, la mirada de un niño, el teatro, el cine, yo qué sé. Cultura es todo en nuestra vida. No es un día en la ópera o recitar una frase requemada. Si hemos de hablar de cultura con mayúscula entonces estamos perdidos. Con mayúscula significa ocasión, momento, circunstancia. Y la cultura es continuación, actitud, disposición.

-Cree que en España hay cultura o al menos iniciativas estatales para promoverla?

-Le voy a hacer un símil también requemado; España es un país de pandereta. No se ha hecho nunca nada en favor del aprendizaje, antes al contrario. Se ha promocionado la chabacanería, la ordinariez o el gusto por martirizar los animales. Propio de países subdesarrollados. Ya se sabe, un país medio analfabeto es cien veces más manipulable que una sociedad culta.

-Ve con buenos ojos que los gobiernos destinen presupuestos importantes para el sostenimiento de ejércitos, iglesia o asociaciones privadas de cariz político?

-Tales cuestiones me remiten inequívocamente a la pandereta. No tengo más que añadir. Huyo de uniformes y de uniformidades.

-Todavía fuma tanto?

-Me lamento de tener que afirmarlo, sí. Soy como una burbuja dentro de otra. Pestilente y dañina.

-Ha sentido miedo alguna vez en la vida?

-El miedo, o los miedos, son como de la familia para mí. Ignoro para los demás. Cada vez que tengo una duda, la amenaza de lo desconocido, el enigma de una ansiada respuesta, noto temor, siento miedo de lo venidero, temo no estar a la altura de las circunstancias. Me molestan los secretos, lo inexplorado. Y todo ello me influye, hace tambalearse mi ánimo y mi percepción de la realidad. Incluso creo que trasciende a lo personal. Me acuso de haberlo contagiado, en uno u otro pasaje, aun sin quererlo, en casi todos mis libros.

-Usted se encuentra en la edad…madura, algunos dicen que es la mejor en la vida de un escritor, la más prolífica, la más intuitiva. ¿Por qué dejó de escribir?

-¿Quiere una respuesta importante, impactante? Pues siento no podérsela ofrecer. Me cansé, me aburría…, me abandonó el gusanillo de la necesidad, de tener que hurgar de nuevo cada día en busca de no se sabe qué...

-Pero hay miles de personas que opinan lo contrario, usted gusta.

-Me cansé de exigirme, de obligarme, de tener mis pensamientos equivocados, de esperar que fluyeran las ideas como puñados de cerezas. Tenía miedo de fracasar, de hundirme en el foso de la indiferencia, de ser rechazado. Llegó un día en que dudé muy seriamente de mi capacidad para escribir. Y lo dejé, cerré mis archivos y sellé mi conciencia. Abrí la ventana y descubrí que ahí fuera había otro mundo sin folios, sin tinta, sin prisas. Y el aire penetraba fresco envolviendo mi rostro y pacificando mi corazón. ¿Qué onceavo mandamiento me obliga a trabajar hasta el crepúsculo de mis días? Ninguno. Y porque no, me gustó la vida que tenía enfrente y no veía.

-Hábleme de envidias y soledades, si es que las conoce.

-Sí, creo que sí. Vienen frecuentemente por aquí. Las conozco. La envidia la he leído por ahí descrita como un estado mental en el que existe dolor o desdicha por no poseer uno mismo lo que otro tiene, sean bienes o cualidades personales. Bien, podríamos aceptar el significado dado, pero son tantas las variantes que… Mire, si decimos, por ejemplo, me gustaría saber tanto como el ingeniero que levanta puentes o rascacielos. Esto es una envidia sana, constructiva, incluso admirable. Dando por sobreentendido que el tal envidioso es alguien con voluntad de estudio o trabajo. Pero si decimos, me gustaría tener el cochazo que conduce aquél hombre, pero se pasa el día jugando a las cartas en el bar con los amigotes, esto ya es una envidia repugnante, casi que es odio disfrazado de reconocida ineptitud. Pero hay muchas más variantes, muchísimas. Tiene un cierto parecido con los celos, pero esto ya es otro cantar. Los celos amatorios suelen descansar en la desconfianza, en la pobreza de espíritu. Los celos justificados sí que llevan aparejados el dolor y la frustración. Se da el caso que viví uno de estos dramas en mi círculo de amistades y, créame, le puedo asegurar que llevan una carga de tragicomedia que van más allá de lo soportable.

-Y que puede decirme de la soledad.

- En este momento poco o casi nada. Es tarde y la brisa araña mi añeja piel y supongo que la suya, aunque más joven. Creo que lo más sensato que he leído es aquello de, si estas solo y sientes la soledad, ahí empieza el problema.


Le dejé sentado, en el jardín. Me llevé la duda de si aquel hombre de ojos vivarachos y gestos resolutivos no volvería algún día a pulsar las teclas. Parecía contento y desinhibido, pero algo me decía que quizá sí que acusaba una cierta soledad lejos de sus papeles. Sentir la soledad cuando uno está solo, dijo. Me salí con la mía, no se habló de libros, ni de ventas o fracasos. Solo del hombre, y eso era lo que me interesaba. Tras la larga hilera de cipreses, a lo lejos, se ocultaba claudicante el rojizo sol tras las montañas. Todo hombre tiene dos caras, la que se ve y la que describe en silencio y tiempo, mucho tiempo.
Abril 2002.