Semana de
transición, pocas novedades a reseñar, o sea, siguen cruzando los vientos y
peinando a contrapelo este desbarajuste y devastado país al que algunos llaman
marca España, como podrían llamarle marca Citroën. Ayer martes, la fiscal
general del Estado, Consuelo Madrigal, Agustina Madrigal para Pilar Rahola, cogió la escoba de dar
escobazos para repartir candela a los díscolos independentistas en un solemne
acto con motivo de la apertura del año judicial. Al parecer, cosa seria, no
tonterías como la Diada en Catalunya. Un servidor, que es lego en cuestiones de
legalidad y formalismos de cintura para arriba, le pasa algo parecido a Rahola,
en menor medida porque soy más tonto, y es que no he comprendido muy bien el
discurso de la Sra. Fiscal. Dice textualmente que “la ley está por encima de todo y los que la incumplen ponen en peligro
la democracia”, “la Fiscalía actuará
por todas las vías (recuerdan…”No les
vamos a pasar ni una”) “La demagogia
de las fuerzas independentistas que contraponen legitimidad democrática y
legalidad constitucional”. Es curioso que en un acto de gran importancia de
las estructuras de Estado, se emplee tanta dedicación a Catalunya, casi que es
un honor y todo.
Pero a ver,
a ver, en primer lugar el máximo interés en Catalunya es celebrar un referéndum
para poder saber de una vez cuantos jugadores tiene cada equipo. Petición que
no hace Antoñito el Albóndigas sino el 80 % de la población catalana, y dentro
de ese porcentaje hay la tira de jugadores que no quieren participar de la Independence Catalonien league, pero
quieren manifestarlo mediante voto (y urna, claro). Estos no son
independentistas, pero por exigir un referéndum también entran en el vestuario
de los amenazados, los proscritos, los menos democráticos de España. Ya me
estoy liando, casi que ya no distingo entre buenos y malos, autoritarios y
demócratas, leyes o sociedad, sumisión a las leyes o son las personas las que
hacen leyes, acomodarse a la ley o acomodar la ley a la sociedad. Exigir más
democracia mediante el voto o prohibir que la gente pueda expresarse. Ya digo,
se me cruzan las neuronas.
Es normal
que una fiscal general haga un discurso con tanta pólvora política? No lo sé,
soy un palurdo. Cuando se dice que la ley está por encima de todo y los que la
incumplen ponen en peligro la democracia, a qué nos estamos refiriendo? A hacer
concentraciones mastodónticas por todo el territorio en un ambiento
reivindicativo, festivo, familiar y carente de incidentes (como no sean de importación)
o tener ministros y directores Antifraude que conspiran para destruir la
reputación de adversarios políticos. Convocar a la población a un referéndum de
cartón piedra, con urnas de cartón o enviar altos cargos a Andorra para
amenazar a la banca con el fin de que suministren información de políticos
catalanes. Ya digo, soy corto de luces y no sé discernir, es lo que tiene ser
catalán, no entendemos, no somos solidarios con el país, no insistimos para
hablar, negociar, acordar, no hemos seguido durante años estrictamente la ley.
No hemos colaborado con los gobiernos de España para poder crear mayorías en
tiempos de vacas flacas, dando una manita. No hay una cascada de artículos de
nuestro Estatut que han sido suspendidos por el Constitucional, habiendo sido
copiados por el andaluz y no recurridos.
De verdad,
lo juro, llega un momento que ya no sé si Dios hizo al hombre o el hombre
surgió de una patata. Da igual, alea
jacta est, que diría un estirado presuntuoso como yo. Me pregunto si no
estaremos todos un poco locos, las cosas tendrían que ser más sencillas, más
fáciles. Si en toda la Europa civilizada, por poner un ejemplo, existen decenas
de países con gobiernos de coalición, por qué resulta impensable en la marca
España. Si en esos mismos países se dialoga y se discute hasta la saciedad
todos los quebraderos de cabeza que origina la acción política, por qué en la
marca España se sacuden el muerto de encima y lo pasan al Tribunal
Constitucional? Acaso han perdido el habla, Sr. Rajoy?
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