Más
o menos todo sigue igual por aquí. Eso sí, hay más gente, la playa por la
mañana y las calles por la tarde se llenan de almas que no quieren perderse ni
un momento de sus ansiadas vacaciones. Y los fines de semana la cosa adquiere
proporciones escandalosas, la masificación es la tónica general, y los atuendos
que llevan me recuerdan mucho lo de "tres tiros una pela". También se
detecta, y mucho, la liberación de la mujer, no están de historias ni discursos
paternalistas y oxidados, enseñan la piel en generosas proporciones y más de un
pecho amenaza con salirse del nido. Y eso está bien, demasiados años de
decencia clerical y prejuicios infundados. Los eternos pijos de plástico y
dentadura “profiden”, que la crisis escondió
en sus cuarteles de invierno, vuelven a navegar por las azules y tranquilas
aguas de la bahía. Todo aparenta normalidad absoluta, si no fuera porque ya
damos por supuesto que hay legiones de gente que tienen prohibido cualquier dispendio
por graves tensiones de cartera. Sabe mal y lo lamento.
Ya
han pasado unas tres semanas del viaje al norte. Esta vez he vuelto con
añoranza, con cosquilleo y mariposas en el estómago. Todos aquellos parajes no
son fáciles de olvidar. Incluso esta semana, a la hora del aperitivo me pido
una copa de Albariño bien frío. Y al
cabo de un rato otro de txacolí
acompañada de unos deliciosos calamarcitos, amorosamente rebozados y calientes.
La terraza del náutico ya está llena a rebosar, ya puedes gozar de la cantidad
de tonterías y extravagancias que se dicen bajo ridículos sombreros y tras las
gafas fashion. Creo que el uniforme
veraniego de playa incluye una manera de hablar muy snob, muy in, con las
vocales despeinadas y la gesticulación con tics engolados. Estas escenas
abundan demasiado, son muy cargantes, será que yo no soy in? Si, de acuerdo,
digo muchas palabrotas, pero quien no dice? Desde la terraza ojeo el
aparcamiento para cerciorarme que los Mercedes
y los descapotables siguen protegiendo mi querida bicicleta. Está decidido, a
partir de mañana se acabaron los Albariños, la temperatura ha cambiado
sustancialmente y pide a gritos una buena cerveza, medio fría medio helada, de
las que cuando engulles el primer trago quedas medio anestesiado, dubitativo,
pensando lo que tardarás en pedir la segunda. En jarra, claro.
Pocos
días de mi vida me he acostado sin leer el periódico y hacer el crucigrama. Ha
cambiado mucho la lectura de los diarios, sobre todo en verano que van llenos
de nimiedades y un buen puñado de mentiras, sobre todo provenientes de la farsa
política. Sin contar los editados en la capital de la madre patria:
confabuladores, exterminadores, intoxicadores y calumniadores. Se están
erigiendo con meritorio esfuerzo como los líderes de la negación del
periodismo. Un gesto mal calculado me ha hecho tirar por tierra unos calamarcitos,
lástima, no me los puedo zampar. Y también un poco de aceite ha ensuciado la
página donde se comenta la tensión del gobierno de Aragón para recuperar los bienes de Sigena en Lleida, cuando
ahora resulta que hay esparcidos por muchos lugares de España y no se les ha
ocurrido reclamarlos. El sol empieza a invadir mi preciada sombra, tendré que
ir desmontando la oficina de playa. Se ve que el Ministerio del Interior no
aceptará registrar el nuevo nombre de CDC porque la palabra
"democrático" ya está registrada. Dadas las penosas circunstancias,
yo les aconsejaría que lo bautizaran como POC, que querría decir Partit Olla de
Cols. El Sr. Rivera, jefe de Ciudadanos,
en su interés y afán para constituir gobierno en España, y de paso chupar
poder, se ha desdicho tantas veces de lo dicho que se está haciendo acreedor
del premio Camaleón del Escaño. Ahora que el Sr. Cameron ha montado un guirigay con el dichoso Brexit, la Cámara de Westminster
hierve en gritos y abucheos, pero a la manera inglesa. Cuando veo Cameron desenvolverse
en la Cámara o Bruselas con aquel
talante tan determinante -que diría Bambi- se me representan los políticos
españoles y de verdad que es escalofriante. Se imaginan al ex premier inglés
servir los cafés en las reuniones y cumbres europeas? Pues los de aquí son
consumados camareros de lujo. Ufff, la bici está ardiendo!!
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