Las consecuencias de una salida de la UE mediante un referéndum –palabra temida
en España- en Gran Bretaña, tendrían
consecuencias, sin duda. Consecuencias devastadoras para determinados países de
la Unión Europea por la transcendencia económica que supondría la desaparición
de un gigante, con contribución neta a las arcas de Bruselas, y también para
los propios británicos. En concreto, si abandonara la UE no es menor la
circunstancia de que el 50% de su comercio se realiza en Europa y que durante
los últimos 20 años la parte del león de inversión extranjera directa procede
de América del Norte y de Asia como plataforma de entrada en el mayor mercado
del mundo. Su contribución a la UE es de 11400 millones de euros.
De otra parte, algo que pone los pelos de punta en Bruselas, sería el
efecto dominó que causaría en otros países en los que no acaban de ver con
claridad esta permanencia y subordinación
a un escenario legislativo que mengua la soberanía de los estados. Ya
veremos, los ingleses comen aparte y sus decisiones son imprevisibles. De
momento la población parece estar dividida en dos segmentos muy igualados. En
última instancia el referéndum del próximo mes de junio nos sacará de dudas. Es
obvio destacar que tanto Escocia como Irlanda les ha faltado tiempo para
manifestar que en caso de que Inglaterra se excluya de la UE, ellos solicitaran
de inmediato un referéndum para independizarse de la British.
¿Cómo se ven en España todos estos movimientos lejanos pero tan cercanos a
la realidad de todos? Sin pretender generalizar creo que aquí hay para todos
los gustos. Aparte de Cataluña, Levante y zonas del Norte, donde siempre ha
habido una tendencia y buena disposición hacia todo lo europeo, sobretodo en
Catalunya, y hablo de historia, cultura, idioma, balanza comercial, arte o
turismo, en el resto son tan europeos como yo aficionado a los toros. Aquí
también comemos aparte como los de la city, pero por impuntuales, egoístas, envidiosos
e ignorantes en proporciones colosales.
No hay más que ver las imágenes retransmitidas por televisión en las que se
ven políticos españoles “dialogando” con líderes europeos, para darse cuenta de
la importancia que les merecemos, las expresiones que manifiestan y los gestos
de complicidad que simulan sentir. Fuera del retorno de la deuda contraída con
la UE, que jamás será devuelta, España les importa una verdadera higa. No se
pierdan por nada del mundo, para situarse bien situados, los rostros de Donald
Tusk o David Cameron haciendo un aparte y concediendo tres minutos a Mariano
Rajoy repartiendo sonrisitas y unos sonoros “yes sir..yes”, y les aseguro que el sentimiento de vergüenza ajena,
alerta, les puede provocar escozor íntimo. Qué aporta ¡esta gran nación, la más
antigua del mundo! a la Comunidad Europea? Nada, a lo sumo peticiones de money.
“Catalunya pide y Extremadura paga”, recuerdan esta letanía? “No voy a permitir que se rompa España, ni pacto fiscal ni
privilegios para Cataluña”. Les suenan estas palabras? Pertenecen a José Antonio
Monago y Susana Díaz, presidentes de Extremadura y Andalucía. Dos regiones nada
europeas que se sepa, subsidiadas permanentemente por la UE y por un trato
fiscal español discriminatorio, que penaliza las regiones más activas en favor
de las menos dinámicas. Bien, pues estos políticos harán campaña en su momento
a favor de la permanencia de Inglaterra en la UE, porque de no ser así se
reduciría muy sensiblemente el flujo de recursos provenientes de Europa. De ahí
la importancia trascendental del futuro referéndum de las islas. Y si en el
caso de Valencia, Baleares o Catalunya, la contribución al erario ya es
asfixiante, qué será lo que se les ocurrirá a estas regiones receptivas? Otra vuelta de tuerca al espolio
fiscal?
Volverá a decir la Sra. Díaz que ella no permitirá, que se opondrá, que
intervendrá, que mediará si se trata un pacto fiscal con Catalunya. Y el Sr. Monago
seguirá atendiendo nuestras peticiones, nos volverá a pagar la ronda? Ya sé que
mucha gente no lo compartirá, y lo siento mucho, pero de no haber un vuelco
político en el estado español, un reset absoluto en todos los niveles de la
Administración, Constitución incluida, esto no hay referéndum que lo arregle. Y
para seguir con esta indefinición y maltrato, miren, ancha es…Europa.
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