Mira Erika, en tu última carta me formulas preguntas
muy atinadas con relación a lo que está ocurriendo entre Catalunya y España
desde hace trescientos años y que ahora se está precipitando vertiginosamente.
Siento no poder ser todo lo explícito que quisiera pero es que ni yo mismo se
las respuestas. Tú has estado varias veces aquí y sabes por demás que enterrada
la dictadura hace ya muchos años, hicimos el salto a la democracia mediante un
periodo de negociaciones partidistas que se ha dado en llamar “período de transición” El café para
todos fue el engendro más alucinante y estéril que vio la luz bajo la atenta
mirada de las pistolas que marcó la andadura hasta nuestros días concretándose
como un grave error del que casi todos se sienten defraudados y arrepentidos.
El único paralelismo que se puede establecer entre
Holanda y España es que ambas son naciones europeas, poco más. La democracia
española viene a ser como todo lo español desde siglos, democracia a la
española. No consolidada, descafeinada, remendada con tics autoritarios. Me
contabas el ridículo de la semana pasada que dejó estupefactos a periodistas,
autoridades y público en Ámsterdam al
mediar la embajada española para frenar la presentación de Victus, el libro de Sánchez
Piñol. No os es posible entender actos como este, de censura, porque vivís en
una auténtica democracia, pero aquí, querida Erika, las decisiones se toman a
golpe de ordeno y mando. España hoy está en pleno proceso de descomposición, no
tiene posibilidad alguna de remedio como nación moderna, democrática y europea.
El reset ha de ser total. Tú ya sabes que el garante de una democracia es su
sistema judicial y el Constitucional ha de ser la esencia vigilante. Pues aquí
los miembros del alto tribunal son escogidos a dedo por los dos partidos
mayoritarios del estado. No te digo más.
En España hablar idioma distinto al castellano está
mal visto, sea alemán, catalán, francés o chino. La lengua del imperio domina y
desprecia. La incultura es poco menos que asfixiante. Mentalidad de aportar no
existe, pero sí la de recibir y exprimir en todos los ámbitos. Mañana se
celebra la Diada de la que sé que
estás al tanto. En este justo momento, Erika, ya no es menester hablar de
identidad, lengua, trabajo o símbolos, ya no, ahora se trata ya solo de fatiga,
de hastío, cansancio de ser vilipendiados, amenazados, estrujados o humillados.
Catalunya necesita y pide aire fresco, hablar por su boca, despegarse de esta
secular rémora que empobrece su presente y frena y condiciona su futuro. Creo
que podemos y debemos.
Tratándose de España no hay nada fácil, esto no son
tus verdes prados de molinos de viento ni siquiera una humilde orilla del Támesis. Se quieren cargar la gallina de
los huevos de oro, antes que poner en orden su corral. Ya sabes que en estos
instantes somos culpables del mayor y más horrendo crimen en una democracia:
querer votar!
Termino Erika, me conoces y sabes que acataré lo que
la mayoría decida, sé lo que quiero pero también soy demócrata. Te mando un
fuerte abrazo de todos nosotros, incluida Milú, y pase lo que pase no dudes que
la próxima primavera volveremos a reunirnos todos en Zaanse Schans bajo las gigantescas palas de un molino, oteando la
perfecta formación de los patos en el estanque, y dando cuenta de la merendola
en medio de la verde pradera. No te olvides del pastel de zanahoria.
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